Cátedra Nacional de Inteligencia Emocional, una salida al estrés pospandemia
Los jóvenes necesitan contar con estrategias emocionales que les pemita superar los momentos difíciles. Foto: archivo Unimedios.
Profesor Juan Gabriel León, decano de la Facultad de Ingeniería y Administración de la Sede Palmira, promotor de la creación de la Cátedra Nacional de Inteligencia Emocional. Foto: Unimedios Palmira.
Pantallazo de una de las conferencias con Rubén Rendón, especialista en manejo de emociones y funcionamiento de la mente. Foto: Unimedios Palmira.
La Cátedra abre 50 cupos por cada sede en la Universidad. Foto: archivo Unimedios.
Más de 300 millones de personas en el mundo sufren de depresión y ansiedad como consecuencia de la pandemia. Foto: archivo Unimedios.
Para enfrentar los problemas de salud mental algunos jóvenes recurren al alcohol y a sustancias psicoactivas. Foto: Spencer Platt Getty Images North America Getty Images Via AFP.
En marzo, un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) concluyó que “la pandemia desencadenó un aumento del 25 % en la prevalencia de la ansiedad y la depresión en todo el mundo”.
Colombia no es ajena a esta problemática; de hecho, en 2021 un estudio del Ministerio de Salud y Protección Social evidenció que en los últimos cinco años se ha presentado un aumento de 34,6 % en el número de personas atendidas en salud mental.
El documento de la OMS señala que entre los factores estresantes que conducen a la ansiedad y a la depresión se encuentran la soledad, el sufrimiento, el miedo tanto a la infección como a la muerte propia y de los seres queridos, el dolor después del duelo y las preocupaciones financieras.
El informe, que se basa en una revisión exhaustiva de la evidencia existente sobre el impacto del COVID-19 en la salud mental y en los servicios de esta, incluye estimaciones del último estudio Global Burden of Disease, que muestran que la pandemia ha afectado la salud mental de jóvenes y que corren un riesgo desproporcionado de comportamientos suicidas y autolesivos.
Al respecto, el profesor Juan Gabriel León, decano de la Facultad de Ingeniería y Administración de la Sede Palmira, afirma que “en la UNAL la Cátedra Nacional de Inteligencia Emocional surgió debido al impacto de la cuarentena en la población estudiantil, en la cual un gran porcentaje de alumnos estuvo expuesto a ansiedad, estrés, presión y otras crisis emocionales, tanto por pérdida de familiares como por los cambios en el modo de enfrentar la academia y pasar de espacios virtuales a presenciales, muchos en ambientes externos adversos y situaciones de violencia intrafamiliar”.
Ante dicha problemática, los docentes y directivos de la UNAL Sede Palmira decidieron crear una propuesta académica para todo el país, y consiguieron que fuera seleccionada, junto con otras tres cátedras, para ser financiada por la Vicerrectoría de Investigación en todas las nueve sedes de la Universidad.
“El reto de esta propuesta académica es prevenir los problemas de salud mental, no debe ser una herramienta solo para atender la crisis”, anota Ana María Manrique, representante estudiantil al Consejo de la Sede Palmira, quien advierte que “en la pospandemia el aumento en el consumo de sustancias psicoactivas y alcohólicas dentro y fuera del campus ha afectado tanto a la academia como las calificaciones”.
La asignatura inicio este año en modo virtual, los jueves de 8 a 11 de la mañana, con un ciclo de conferencias con temáticas como: creación y origen de las emociones; el comportamiento humano; la carga del clan familiar; sanación integral; lógica y emociones; economía emocional; las siete leyes universales; y el poder de conectar con otros.
Estas clases son impartidas en la Cátedra por el conferencista Luis Ardila, de la Escuela de Estudios de Pensamiento Casa Plataforma, organización educativa sin ánimo de lucro que promueve la salud mental, además de otros oradores como María Emma Sarria, de Maemmacenter; Rubén Rendón, de RR Integral; Catherine Guzmán, de Mentoring Consultores; y Aura Valencia, de Mentidandome.
Según datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), en nueve países y territorios de la región, el 27 % de los jóvenes entre 13 y 29 años reportaron haber sentido ansiedad, y el 15 % depresión. Sin embargo, existe un alto porcentaje de la población que no forma parte de los registros, ya que no ha buscado apoyo médico ni psicológico con sus prestadores de salud, o no cuentan con acceso a estos servicios.
Según el Ministerio de Salud de Colombia, en los últimos cinco años aumentó en 34,6 % el número de personas atendidas por estos síntomas. “En promedio, el 88,5 % de la población fue atendida en servicios de consulta externa, y casi el 24 % en procedimientos y hospitalización por trastornos de salud mental debido al consumo de sustancias psicoactivas”.
Los departamentos con mayor número de personas atendidas fueron: Magdalena, Atlántico, Valle del Cauca, Córdoba, Antioquia, Bolívar, Santander, Norte de Santander, Boyacá, Cundinamarca, Quindío, Caldas, Cauca, Nariño, Tolima y Risaralda. En promedio, el 80 % de la población atendida vive en la cabecera urbana.