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Casas, hoteles y restaurantes en carreteras de Yopal, un problema sin atender
La economía de carretera se convierte en un problema que genera trancones, inseguridad y problemas de movilidad. Foto: Natacha Pérez, magíster en Ordenamiento Urbano Regional, UNAL Sede Bogotá.
Las vías que conectan a Yopal con otros municipios son usadas por ciclistas aficionados, por lo que se recomienda construir un tramo especial para ellos.
En estos corredores viales abundan casas que quedan desconectadas de la ciudad, por lo que enfrentan problemas de movilidad.
Las actividades varían según la función de lugar: desde restaurantes hasta hoteles o industria.
Se recomienda detener el crecimiento periurbano de Yopal.
Los habitantes de Yopal recuerdan el caso del exalcalde Jhon Jairo Torres, un político elegido para gobernar el municipio desde la cárcel en donde cumplía una condena por fraude y urbanización ilegal. El delito de Jhon “calzones”, como es conocido, fue parcelar y venderles a familias de escasos recursos un lote de 140 hectáreas incautado en 2012 por pertenecer a narcotraficantes.
El caso de Jhon Jairo Torres no es aislado a la realidad de Yopal, pues los antecedentes políticos de la ciudad han generado conflictos en el uso de suelo fomentando el aumento de la vivienda informal. A esto se suma el crecimiento poblacional acelerado, que según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) pasó de 16.531 habitantes en 1985 a 150.000 en 2020, una cifra que se prevé siga aumentando.
Ambas situaciones hacen que el escenario de la planeación en Yopal sea difuso: en los corredores viales hay moteles, restaurantes, actividad agroindustrial, casas secundarias e incluso conjuntos de viviendas sin terminar.
La arquitecta Natacha Pérez Gokelaere, magíster en Ordenamiento Urbano Regional de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Bogotá, estudió esta problemática realizando una caracterización espacial mediante imágenes satelitales de las vías Yopal-Morichal, Yopal-El Morro, Yopal-La Chaparrera, Tacarimena y Matepantano, y la carretera Marginal de la Selva, tramo Yopal-Aguazul.
Tomando como referencia los años 2007, 2016 y 2021, la investigadora encontró que la economía que se ha desarrollado en las carreteras es inestable, fomenta los desplazamientos de las personas, no hay proyectos de construcción integrados al territorio y no hay cómo suplir las necesidades de movilidad de las personas.
“En Yopal los corredores viales se están urbanizando de manera acelerada con diferentes tipos de actividades que no están contempladas en los Planes de Ordenamiento Territorial (POT), lo que provoca que este fenómeno de urbanización no esté controlado” explica la magíster.
Una de las situaciones que evidenció es la subdivisión del suelo en los corredores viales, un proceso que consiste en dividir la tierra en unidades más pequeñas con fines de planificación, gestión o desarrollo.
“Algunos terrenos delimitan la unidad agrícola familiar (UAF), instrumento que indica hasta qué punto estos pueden ser productivos para la agricultura o la ganadería: si son demasiado pequeños no son rentables para la unidad familiar clásica, y en esta zona hay muchos terrenos subdivididos”, explica.
Además en las carreteras las actividades se organizan en función del lugar; por ejemplo en la vía Yopal-Aguazul la economía gira en torno a la actividad petrolera y por ello abundan los hoteles y los servicios industriales, mientras en la vía Tacarimena hay viviendas secundarias, restaurantes o economías que giran en torno al ocio.
Aunque este fenómeno sea común en Colombia, la urbanización en los corredores viales provoca un colapso desatendido; además los terrenos que se construyen dejan de pertenecer a Yopal, por lo que la huella del suelo urbano se reduce.
“Las carreteras están hechas para ir rápido, se crean para conectar lugares alejados, pero el hecho de que tengan muchas actividades obliga a frenar constantemente generando trancones e incluso problemas de seguridad. Hay que definir la carretera en función del uso del suelo”.
“Es imperativo que estas transformaciones se incluyan en el POT, pero sobre todo es necesario detener la expansión del suelo urbano. Lo que no se ha construido en estos terrenos de expansión urbana debería regresar a ser suelos rurales, y además hay que volver atractivo el centro de Yopal para dar una tranquilidad inmobiliaria”, comenta la magíster.
En su trabajo realiza una serie de recomendaciones para atender este fenómeno, entre las que se destaca construir al lado de la carretera un tramo para las bicicletas, ya que este deporte se ha incentivado sin las condiciones adecuadas, reconfigurar el concepto de derecho a la ciudad por derecho al territorio, y entender la relación entre urbanización y medioambiente.
