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Cartografía interactiva muestra transformación urbanística de Bogotá
Un croquis de Bogotá y sus alrededores en 1797 es uno de los mapas en Cartografías de Bogotá.
Una aerofotografía de Chapinero en 1967 también forma parte de los documentos de la colección de Cartografías de Bogotá.
Lo que es hoy la avenida Jiménez, antes era la zona de influencia del río San Francisco.
El stock de Cartografías de Bogotá evidencia los cambios que ha sufrido la ciudad en el último siglo y medio.
La zona colonial fue diseñada con el “trazado en cuadrícula”.
Cartografías de Bogotá compila una selección de planos históricos de la capital colombiana. Se trata de una herramienta interactiva que le ofrece al usuario la posibilidad de ver de diferentes maneras la cartografía histórica, compararla con otras fuentes y analizarla mediante capas de elaboración propia.
El profesor Luis Carlos Colón, de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), líder del proyecto, destaca que “más que un atlas, es un atlas histórico interactivo”.
Señala además que “en los mapas y planos vemos que del trazado colonial en cuadrícula del antiguo casco urbano se pasó al trazado con diagonales de los barrios de las décadas de 1920 y 1930”.
“En esta época surgieron barrios obreros, como el barrio 1 de Mayo, en la ahora localidad de San Cristóbal; también en sectores como Ciudad Bolívar, y se consolidó Chapinero.
También se evidencia el surgimiento de los corredores de vivienda informales en sectores como El Tintal. Además, en algunos barrios del norte de la ciudad se aprecia la construcción de urbanizaciones con zonas verdes, superbloques interconectados por vías, y la inclusión de supermercados, locales comerciales, etc. dentro del contexto de la urbanización.
Según el docente, “los mapas también registran la desaparición de muchos ríos canalizados y de varios humedales desecados para darle paso a la urbanización”.
Los dos ríos en los que más se evidencia esta transformación son el San Francisco (actual avenida Jiménez) y el San Agustín (actual avenida 6ª.), pero hay otros como el Arzobispo, que fue parcialmente canalizado a cielo abierto, o la quebrada La Vieja, que antes surtía el acueducto de Chapinero, en inmediaciones de la calle 72.
El profesor Colón señala que cualquier persona que quiera aportar al proyecto puede hacerlo. Para ello, debe enviar su plano al equipo de Cartografías de Bogotá, allí se georreferencia, es decir, se sitúa el mapa histórico sobre el real para que todos queden a la misma escala y sea posible comparar.
El stock está abierto al público en general, quienes pueden consultarlo de manera gratuita y también ayudar a fortalecerlo.
“Se trata de una herramienta muy útil; no solo es posible usarla para conocer el crecimiento de la ciudad y analizarlo, sino también para hacer seguimiento a los avances de un determinado sector con fines urbanísticos y académicos, además puede ser fuente de consulta en la etapa de construcción de futuros proyectos”, destaca el docente.
La Cartografía de Bogotá puede consultarla aquí.
