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Economía y Organizaciones

Capacidad emprendedora de Colombia se sigue quedando corta

    Una empresa es considerada como sostenible no solo cuando es capaz de generar valor creando utilidad y riqueza para compensar la inversión de dinero, sino además cuando puede mantener en el largo plazo el talento humano y los recursos generales que faciliten su operación. Esto no sucedió en Colombia con el 50 % de las empresas creadas entre 2006 y 2017 a través del programa Fondo Emprender, del Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), situación analizada en el libro Empresas sostenibles generan riqueza, editado por la Facultad de Ingeniería y Administración de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira.

    La publicación, una de las novedades de la UNAL en la Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILBo) 2023, recoge los resultados de la investigación de la profesora Margot Cajigas Romero para obtener el título de Doctora en Economía y Empresa de la Universidad de Granada (España), en coautoría con el docente Elbar Ramírez, de la Facultad de Ingeniería y Administración de la UNAL Sede Palmira y el ingeniero civil David Alejandro Ramírez Cajigas.

    En su trabajo, los autores tomaron como base el Fondo Emprender del SENA por tratarse de un programa creado por el Gobierno nacional para llegar a todo el territorio colombiano con fondos de capital semilla para apoyar emprendimientos capaces de sostenerse en el tiempo y generar empleo.

    A partir del modelo econométrico Logit, con una metodología compleja que permite calcular la razón de probabilidades o de oportunidades, hicieron una comparación internacional analizando datos de la Organización Mundial del Comercio, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la Unión Europea y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

    En este ejercicio se evidenció que durante el periodo de la muestra (2006-2017) al Fondo Emprender se le quebraron más empresas que las reportadas en quiebra en Europa.

    “El SENA planteó un indicador equivocado”, afirmó el profesor Elbar Ramírez al explicar que al emprendedor le exigían generar un número determinado de vacantes para recibir recursos del Fondo, lo que condujo a que las iniciativas se quebraran porque al poco tiempo de entrar en funcionamiento no podían seguir sosteniendo la nómina.

    Así, un país no equipara su capacidad emprendedora por el número de empresas que se crean cada año, sino por el porcentaje de las que logran superar los primeros años y perdurar en el tiempo.

    “Colombia no tiene capacidad emprendedora porque las empresas que están naciendo lo están haciendo mal, y en eso los profesores tenemos una enorme responsabilidad: estamos formando mal en los fundamentos técnicos que se deben tener en cuenta para crear una compañía sólida capaz de perdurar en el tiempo”, dijo el académico.

    Los autores del libro consideran que “emprender no es un sueño, es una durísima realidad; crear empresa es una cuestión de seriedad, compromiso y conocimiento de causa. A este propósito responde el libro Empresas sostenibles generan riqueza, en el que se enseña al emprendedor cómo manejar 16 variables para fundar compañías exitosas que forjen valor”.

    Una empresa sostenible compensa la inversión

    En la investigación se halló que las empresas no analizan su capacidad instalada al momento de su creación. Paradójicamente, cuando las compañías nacen deben estimular el capital en favor del equipo emprendedor, de los inversores y de toda la sociedad: trabajadores, proveedores de materia prima y de crédito, y todos los requeridos para poder operar.

    Los autores explican la importancia de conocer el mercado y definir cuánto se compra al año y cuánto por mes del producto o servicio, y cuál es la frecuencia de reemplazo, es decir, si un cliente compra hoy el producto, en cuánto tiempo vuelve y lo reemplaza.

    También hay que considerar el precio, los canales de venta, la demanda y los competidores, ya que del cálculo de estos dos últimos se define el porcentaje de participación en el mercado y la demanda total.

    El principal riesgo de un emprendedor está en alcanzar el punto de equilibrio lo antes posible, el cual se calcula en un proyecto de inversión para identificar el número mínimo de unidades que se debe vender para que la empresa no pierda ni gane dinero; este se debe alcanzar en un plazo no superior a 2 a 6 meses.

    Si a los 2 meses una empresa no alcanza el punto de equilibrio, al tercer mes no tendrá con qué cubrir los costos fijos porque estos se “comen” el capital de trabajo, lo que resultará en quiebra, independientemente de que sea o no una buena idea de negocio; el problema es que está mal financiada.