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Cáncer transmisible en perros, una infección desconocida pero real

    En el cáncer tradicional, una serie de células de algún órgano presentan fallas pero no mueren ni se reparan, sino que se reproducen rápidamente y generan tumores. Sin embargo, existe una forma de cáncer contagioso, que resulta desconcertante y cuyos casos más investigados están en Australia, en el marsupial conocido como demonio de Tasmania, pero también hay múltiples reportes de cáncer transmisible en perros en más de 90 países, y Colombia no es la excepción.

    Esta patología se llama tumor venéreo transmisible canino (TVT), y en el mundo se presenta especialmente en perros callejeros, por lo que es difícil llevar el registro de los casos totales.

    En Colombia, un estudio de 2018 estimó que de 7 millones de perros, 1.135 presentaban la enfermedad; no obstante, estos datos forman parte de encuestas a clínicas privadas y escuelas de medicina veterinaria, laboratorios de diagnóstico, entre otras instituciones, por lo que no se tiene en cuenta el foco principal que es el de los perros callejeros.

    La forma en que esta enfermedad afecta a los perros es una problemática que, aunque parece lejana, está latente en la sociedad y lleva a reflexiones sobre la naturaleza misma de este tipo de cáncer, que tiene mayor incidencia en la región Andina, seguida del Pacífico y el Amazonas.

    El médico veterinario Fabián Danilo López Valbuena, estudiante de la Maestría en Salud Animal de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), explica que “algunas investigaciones han señalado que el cáncer transmisible en perros se describe como una enfermedad muy antigua que probablemente ha estado presente desde hace más de 4.000 años, y se cree que comenzó por una célula del sistema inmune que se convirtió en cancerígena y que se siguió propagando incluso después de la muerte de su huésped”.

    “Esta es una enfermedad que se transmite especialmente mediante vía sexual, y que encuentra en este acto una propagación ideal, puesto que en los perros la cópula dura bastante tiempo y va generando microlesiones que terminan facilitando el contagio”, agrega el experto.

    Asimismo, “esta neoplasia (masa anormal de tejido) muestra características malignas bajo el microscopio, pero su capacidad para persistir durante años sin un avance notable resulta desconcertante. A diferencia de otros cánceres invasivos y destructivos, este tumor transmisible parece priorizar la supervivencia sobre la agresividad hacia el huésped".

    Factores desconcertantes del cáncer transmisible

    El cáncer se puede entender mediante la siguiente metáfora: una célula que presenta fallas mecánicas es un carro, y el sistema inmune actúa como policía. En la enfermedad, el policía no reporta el daño y permite que la célula siga su trayecto o se replique, multiplicando el problema en vez de solucionarlo.

    “Lo desconcertante del cáncer transmisible es que la metáfora no se da solo en un cuerpo, sino que el carro en mal estado se transporta a otro individuo en el que no es común que transite, evitando que los policías de este nuevo lugar lo detengan, o sea las células vivas se transmiten no solo a los órganos de una persona (metástasis), sino entre individuos”, indica el médico veterinario.

    En humanos se han reportado casos muy esporádicos de transmisión de cáncer, aunque han obedecido a situaciones especiales como trasplantes de órganos afectados a otros pacientes, en un cirujano que alguna vez se cortó mientras operaba a un paciente con cáncer, o a los fetos de madres que tenían alguna neoplasia, por lo que no es algo común.

    Por ahora se presenta solo en animales

    La naturaleza de esta variación de la enfermedad lleva a preguntarse si es posible que surja un tipo de cáncer transmisible en humanos, o lograr que el cáncer se regule sin mayor afección en una persona durante muchos años, como ocurre con el cáncer transmisible en perros, que pueden vivir una vida relativamente normal aun teniendo el tumor en los genitales.

    En la naturaleza existen 9 tipos de cáncer transmisible, 6 de ellos detectados en moluscos marinos como los bivalvos, 2 en el llamado demonio de Tasmania y 1 en perros, y aunque la mortalidad es baja, esto también parece formar parte de la evolución de la enfermedad, ya que cuando se encontró en los demonios de Tasmania su porcentaje de letalidad era muy alto, pero de alguna forma la enfermedad ha ido disminuyendo su agresividad.

    “Algunos perros con este tipo de cáncer no responden a la quimioterapia con el medicamento vincristina, comúnmente utilizado en esta enfermedad. Es interesante destacar que en ocasiones la regresión tumoral ocurre sin necesidad de quimioterapia, lo cual plantea interrogantes sobre la naturaleza de la enfermedad”, señala.

    Por último, indica que en esta problemática hay muchas más preguntas que respuestas, como por ejemplo ¿cuáles genes están involucrados en este tipo de adaptación de la enfermedad?, ¿cuáles son los factores ambientales que motivan este tipo de cambios en el cáncer?, y ¿hasta qué punto es posible que un tipo de cáncer en humanos se convierta en transmisible?

    Estos aportes se ofrecieron durante la charla “Cáncer transmisible, perfil funcional y su relación con el comportamiento biológico”, realizada en la Semana de la Medicina Veterinaria, organizada por la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la UNAL.