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Cambios en la infraestructura vial de Bogotá salvaría vidas

    Si usted es peatón, seguramente ha padecido al tratar de cruzar una avenida principal de Bogotá, y si es ciclista se ha encontrado con que la ciclorruta llega solo hasta cierto punto. Frente a esta situación se propone una solución inmediata para que, además de mejorar el flujo vehicular, la infraestructura vial tenga en cuenta criterios de siniestralidad.

    Cada año las fatalidades por siniestralidad vial –que reportan 1,35 millones en el mundo, 7.000 Colombia y más de 500 Bogotá– afectan principalmente a personas entre 5 y 29 años. Según el Plan Nacional de Seguridad Vial, los tres actores viales más vulnerables son el peatón, el usuario de bicicleta y el motociclista, por la gravedad de sus lesiones en caso de un siniestro.

    Para revertir este problema se requieren acciones sobre los usuarios, vehículos, velocidad, infraestructura y su gestión.

    En Bogotá la infraestructura prioriza a los vehículos, contrario a la “pirámide invertida de la movilidad”, una herramienta de jerarquización del espacio vial reconocida en el mundo, y pese a avances en normatividad e institucionalidad, estos no se reflejan en los diseños, que no abordan sistemáticamente la seguridad vial.

    En su investigación, la ingeniera civil Yenny Andrea Montenegro, magíster en Ingeniería de Transportes de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), analizó 12 vías arteriales priorizadas para ser construidas –en etapa de estudios y diseños– por el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU).

    Así, encontró que una de ellas, la Avenida Tintal, que comprende las localidades de Bosa y Kennedy, se caracteriza por tener una siniestralidad crítica para los usuarios vulnerables.

    El tramo exacto en cuestión es el que comprende desde la avenida Bosa hasta la avenida Villavicencio; en las Unidades de Planeamiento Zonas (UPZ) Las Margaritas, Bosa occidental y El Porvenir. El análisis se realizó en siete partes del tramo de 2,3 km.

    ¿Qué se analizó en la avenida Tintal?

    En los criterios considerados para seleccionar el corredor de estudio, se tuvieron en cuenta factores socioeconómicos y espaciales, de seguridad vial y de movilidad.

    Posteriormente se utilizaron herramientas metodológicas como una evaluación de puntos críticos con alta frecuencia de siniestros y el método HSM (Highway Safety Manual), para estimar los siniestros proyectados, según cambios en diferentes características de diseño.

    Un factor socioeconómico especial se presenta a la altura de la calle 51 sur, en donde las dinámicas de comercio a ambos costados y la existencia de un colegio requieren de un cruce peatonal o un semáforo que permita el paso de compradores, estudiantes y docentes.

    “No contar con este sendero potencializa la siniestralidad de los actores viales vulnerables”, anota la magíster, quien destaca que una de las alternativas que propone en su estudio es la instalación de barandales.

    También se evidenció la falta de andenes en algunos puntos y el mal estado de ellos en otros; zonas de estacionamientos en la mitad de la vía y la acera y ciclorrutas que entran en conflicto todo el tiempo con los peatones.

    Por otro lado, en algunos planos de este corredor vial se encontró que está diseñado para circular a una velocidad de 60 km/hora, y no como lo estipula el Decreto 73 de 2021, que permite un máximo de 50 km/hora en las vías urbanas de Bogotá.

    Soluciones inmediatas

    La ingeniera Montenegro considera que la solución no está solo en ampliar el número de carriles y calzadas (pasar de dos a tres carriles o de una a dos calzadas), porque esto solo beneficia el flujo vehicular, sino plantear en primera instancia “alternativas de diseño que busquen resolver problemas de ingeniería de tránsito, en las que, en efecto, se priorice a los peatones y demás usuarios vulnerables”.

    Así mismo, en las calles 49, 56F y 59 Sur, la señalización de ciclorruta está incompleta. El ciclista puede moverse por dentro de la infraestructura diseñada pero no entrar y salir, porque el paso es solo peatonal; “ante esto debería existir una señalización para indicarle a los vehículos y a los peatones que tienen un conflicto con las bicicletas en los semáforos”.

    Referente a los motociclistas, los siniestros están relacionados con la velocidad. “Para diseñar la infraestructura se debería pensar en la ubicación y la distancia del borde de la vía de objetos como árboles y postes, ya que se consideran como obstáculos potencialmente peligrosos en caso de siniestros frontales o laterales”.

    “Aunque la infraestructura puede llegar a salvar vidas, es importante tener en cuenta el comportamiento y el cumplimiento de las normas de tránsito para evitar más siniestros y proteger a todos los usuarios”, concluye la magíster.

    Esta investigación está dirigida a los diseñadores y decisores de la infraestructura vial en Bogotá, para que la apliquen en los diferentes corredores que se están modificando y en los proyectados para construir.