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Educación

En los jóvenes las brechas sociales y la salud emocional tienen una relación directa

    Aunque se pensaría que es un tema superado, aún muchos nos avergonzamos del barrio donde vivimos, del empleo que tenemos o del nivel educativo de nuestros padres. Al respecto, un estudio muestra que algunos factores socioeconómicos, como la estratificación y el género, tienen una relación directa con la salud mental de algunos jóvenes en Bogotá.

    En su trabajo de grado, el sociólogo Daniel Fernando Muñoz, de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), señala que los capitales financiero y cultural de los padres es determinante.

    “Se suele creer que la depresión y la ansiedad son problemas individuales y subjetivos. Sin embargo, hay ciertas condiciones sociales que están impactando en la salud mental de los estudiantes. Factores como el dinero, la familia y nivel cultural influyen en sus causas, pese a que se pensaría que eso ya no pasa en nuestros tiempos”.

    Entre tanto, los jóvenes de estos tiempos también se han visto muy afectados al tener que experimentar, por primera vez, un confinamiento por cuenta de la crisis sanitaria provocada en 2020 por la pandemia del COVID-19.

    El sociólogo señala que, si bien es cierto que el primer año de la pandemia fue más difícil, las secuelas emocionales todavía se perciben después de tres años: “no han disminuido, por el contrario, se han mantenido los casos de depresión y ansiedad en niños y jóvenes”.

    Un informe de 2021 de la Organización Mundial de la Salud OMS), señala que “en el mundo, uno de cada siete jóvenes de 10 a 19 años padece algún trastorno mental, un tipo de trastorno que supone el 13 % de la carga mundial de morbilidad en ese grupo etario”.

    Durante su investigación de pregrado, el estudiante Muñoz realizó entrevistas y aplicó 195 encuestas a estudiantes de los grados 9°, 10° y 11° en dos colegios públicos y dos privados en las localidades de Engativá, Kennedy, Rafael Uribe Uribe y Tunjuelito.

    Para ello diseñó una encuesta que incorpora el índice de bienestar socioemocional y la escala de depresión para adolescentes de Kutcher, además de variables que midieran la clase social, y los factores tanto académicos como familiares y de género, entre otros.

    Una de las conclusiones más importantes del trabajo en campo es que, “en efecto, las diferencias sociales se traducen en diferencias escolares”. Esto ratifica la teoría de la reproducción social por la escuela, es decir que la escuela se encarga de reproducir el sistema de posiciones sociales entre clases e individuos, legitimando las diferencias sociales”.

    Estratificación social de bienestar emocional

    El estudio también mostró “una relación entre el bienestar emocional y los principios de diferenciación de clase, género, disciplinarios y sexuales, principalmente”. O sea que existe una estratificación social del bienestar emocional, determinada por la estructura social general.

    Teniendo en cuenta los resultados, según el investigador, las acciones y el trabajo social deben ser contundentes para ayudar a los jóvenes estudiantes que padecen depresión y ansiedad.

    Una de las recomendaciones que da el sociólogo Muñoz es establecer un acercamiento sincero entre los profesores y estudiantes para que así exista un proceso de diálogo “sin juicios ni discriminaciones a priori, con el ánimo de comprender el mundo de los jóvenes, sus conocimientos y prácticas”.

    También afirma que el trabajo de orientación en los planteles es fundamental y no se debe aflojar con este compromiso de formación emocional: “algunos alumnos me han contado de profesionales que les han ayudado enormemente con su labor, mientras que otros lo que han hecho es perpetuar la reproducción de la violencia simbólica, dañando directamente su bienestar”.

    Este estudio hace un aporte a las metodologías de educación emocional en la enseñanza básica, ya que los jóvenes “no se pueden seguir culpando de las cosas que superan sus capacidades subjetivas, ni seguir preocupándose por cumplir exigencias sociales de felicidad, productividad y éxito que no se corresponden con sus condicionantes”.

    Según la Secretaría Distrital de Salud, entre 2020 y 2021 se atendió a 505.300 personas que presentaron algún tipo de trastorno mental, 56 % mujeres y 44 % hombres. El mayor número de atenciones las recibieron quienes están en el grupo de 29 a 59 años. Los niños y adolescentes entre 13 y 19 años registraron cerca de 15.000 diagnósticos relacionados con la depresión.