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Educación

Brechas en educación deben combatirse desde el territorio

    En el marco de la Conferencia Mundial de Educación Superior convocada por la Unesco, la profesora Dolly Montoya Castaño, rectora de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), resaltó la misión de la universidad como formadora de la sociedad académica y formuladora de soluciones ante las crisis sociales.

    A partir de la pandemia por COVID-19 se han presentado diferentes retos y dificultades, desde la democracia hasta la salud. En la actualidad, especialmente, en el marco de la pospandemia se suma el flagelo de la guerra entre Rusia y Ucrania.

    “Después de dos años, tenemos un laboratorio de aprendizaje para reflexionar en torno a nuestra forma de vida, el papel que juegan las universidades para contribuir a la superación de nuestras crisis sociales”, señaló la Rectora Montoya en el Edificio Histórico de la Universidad de Barcelona, durante el encuentro Iberoamérica – Unión Europea: una mirada compartida a los futuros de la educación superior.

    Según la académica, quien participó en dicho evento como presidenta de la Unión de Universidades de América Latina y el Caribe (Udual), la resolución de problemáticas y conflictos, en el caso particular de Colombia, forma parte de los objetivos de internacionalización solidaria desde su propio territorio, pues las universidades públicas tienen la obligación de acabar con las brechas de educación empezando por territorio.

    Dijo que “la UNAL cuenta con nueve sedes y cuatro de ellas se encuentran en zonas de fronteras (San Andrés, Leticia, Arauca y Tumaco), regiones deprimidas en donde se implementó un programa de liderazgo regional de la mano de las organizaciones locales”.

    Agregó que en el caso particular de la UNAL Sede Orinoquia, ubicada en el municipio de Arauca, se cuenta con 25 profesionales formados en diferentes sedes que trabajan con cuatro frentes de desmovilizados de la guerrilla construyendo cooperativas y tejiendo trabajo social.

    Pero desde su perspectiva, el reto aún está en la consolidación de las redes de trabajo. “En el caso de América Latina y el Caribe, se deben fortalecer diferentes esferas para lograr ser universidades flexibles y resilientes, espacios de cooperación y trabajo regional”.

    Por último, señaló que “durante la pandemia pudimos demostrarle al Estado que las universidades somos autónomas para trabajar en el bien común, en donde todas las ideas tienen cabida en un mismo espacio, pero hay que evitar alinearlas con los gobiernos para no entorpecer el debate de la universidad”.

    La internacionalización solidaria

    En relación con una visión de las políticas públicas y su aplicación, Óscar Alba, secretario de Políticas Universitarias de Argentina, dijo que se trata de un “concepto nuevo en la comunidad universitaria”.

    “La realidad de la internacionalización en América se replantea desde el análisis de números muy bajos. En el caso de Argentina se habla de no llegar al 1 % de los estudiantes”, agregó.

    Aunque la educación es un bien público, un derecho humano y universal, el uso del conocimiento también lo es, ya que a través de este se llega a consensos de problemáticas coyunturales.

    Retos de participación

    El reto de las universidades y la internacionalización solidaria toma otro sentido en Europa, pues el obstáculo principal tiene que ver con los marcos legales de evaluación, lo cual es un obstáculo en términos regionales.

    Antonio Serrano, director de la Agencia de Calidad y Prospectiva Universitaria de Aragón (ACPUA), señaló que “no todos los países permiten que se publiquen los informes de evaluación. En el caso de Europa, esto obliga a que los Estados miembros del espacio europeo adopten reglas de reforma legislativa”.

    Lo anterior se podría interpretar como una brecha, no solo para las universidades de la comunidad europea, sino también para la participación de los interesados en los programas de movilización desde Latinoamérica.

    También sería un obstáculo para consolidar una red más amplia desde la perspectiva de la calidad y la participación de la sociedad en el debate académico y científico se necesita la inclusión.

    Al respecto, Meritxell Chaves, directora de la alianza Challenge-driven Accessible Research- Based Mobile Europan University (CHARM-EU), afirmó que “para crear propuestas de valor desde las universidades es necesario crear desde cero. Los aspectos claves para conseguir pensadores más críticos es tratar de hacer un entorno multicultural inclusivo”.