De esta forma, el profesor Rodrigo Hoyos Sánchez vinculado a la Facultad de Ciencias Agropecuarias, de al UN en Medellín, dijo que "lo que está logrando esta ciencia es generar vida, posibilidades y además llegar a la intimidad de la célula".
Al exponer su visión sobre los aportes de la biotecnología vegetal a los embates del cambio climático en la sesión de la Cátedra Agraria, Geografía de la Producción Agrícola Colombiana, Hoyos Sánchez, señaló que la utilidad de esta ciencia es enorme.
"Gracias a lo que podemos manipular fisiológica y genéticamente, ponemos esos genes en otra planta, ahorrando todo el tiempo que naturalmente tardaría la planta original en adaptarse a las nuevas condiciones ambientales".
Esto facilita el desarrollo de características necesarias para que no fenezcan algunas especies, porque las plantas no lograrían generar su capacidad de adaptación al mismo ritmo de los cambios climáticos y ambientales actuales, explicó.
Sin embargo, dijo que la biotecnología debe ser bien manejada y que un aliado debe ser la cooperación de todos para cuidar los organismos vegetales existentes. "No destruyamos tanto lo que la naturaleza brinda y en cambio cuidemos de ella", fue la invitación formulada a los asistentes a la Cátedra Agraria.
Frente al manejo ético de los procesos biotecnológicos, señaló que todas las herramientas son importantes: la transgénesis, criogenia, suspensiones celulares, entre muchas otras, contribuyen a generar mayor rapidez en los procesos biológicos. En ese sentido, el docente argumentó que las posibilidades de procesos como la reserva de semillas, de tejidos o el DNA, junto con el conocimiento de marcado genético logrado y por desarrollar, son asombrosas.
"Se conoce el genoma del arroz, de sorgo y la soya, se trabaja en Brasil el que corresponde al café, pero estos son ejemplos de lo que puede generar la biotecnología". De hecho, 50 países integran la iniciativa agraria, con la cual se busca garantizar el almacenamiento de semillas y generar biotecnología para preservar y garantizar seguridad alimentaria".
Solo la Bóveda Global de Semilla, en Noruega, tiene una capacidad para guardar 4 millones 500.000 diferentes semillas, porque algunas especies nativas ya no están reproduciéndose y es fundamental buscar formas para producirlas.
El profesor de la UN destacó los 14 centros de semilla del Centro de Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), cuyo banco tiene, entre otras, muestras de yuca, algodón y de otros productos agrícolas producidos en varias regiones de América.
Así mismo, anunció la expectativa que existe en el sector ante la realización del encuentro Proyecto Agrochall, que tendrá lugar del 5 al 19 de septiembre en Suiza, para analizar la situación de los cultivos internacionales, su desarrollo y futuro, así como preservar billones de hectáreas de tierra que podrían perderse.
Esto es una muestra de que nadie se está quedando quieto ante la ocurrencia del cambio climático y de los efectos sobre una actividad fundamental para la supervivencia como es la agricultura, dijo el investigador de la UN en Medellín.