Bioinsumos mejoraron calidad de cultivos de maíz en huertas del Cesar

La bacterióloga Liliana Cecilia Gómez Gómez, magíster en Enseñanza de las Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de Colombia, (UNAL), explica que “en agricultura, los insumos biológicos son productos tecnológicos cruciales para asegurar la sustentabilidad y productividad del sector, ya que permiten un mejor aprovechamiento de los recursos naturales y del suelo”.

En su trabajo de investigación propone potencializar la agricultura familiar con el uso de bioinsumos en plantas de maíz, un cereal básico en la alimentación de las comunidades rurales.

Para ello desarrolló la estrategia didáctica “Del laboratorio al patio”, con la participación de 10 adultos mayores y un líder de la comunidad, cuyo objetivo fue facilitar la comprensión de conceptos científicos que apoyen la adopción del uso de bioestimulantes húmicos y permitan reconocer los efectos de la bioactividad de los ácidos húmicos sobre el crecimiento, el desarrollo y la adaptación de las plantas en condiciones de estrés.

Los ácidos húmicos se forman por la descomposición de materia orgánica vegetal o animal, e influyen directamente en la fertilidad del suelo, lo cual favorece en el crecimiento de las plantas.

La magíster explica que “para esta iniciativa se utilizaron ‘laboratorios vivos’, porque se trabajó en los patios de las casas y no en los laboratorios de cuatro paredes que se usan para aprender química, biología o física”.

Vale la pena anotar que la comunidad rural del corregimiento de Guacoche, municipio de Valledupar (Cesar), fue afectada años atrás por el conflicto armado y está en proceso de reparación. Las familias de la región suelen desarrollar actividades productivas en sus hogares bajo un modelo de agricultura familiar para autoconsumo.

Allí los alimentos que eran fáciles de cultivar con buena productividad, como yuca, frutas y algunas hortalizas, ya no se cosechan igual, pues la capacidad productiva del suelo se ha reducido y se han acentuado los efectos adversos de los fenómenos climáticos como El Niño.

“Esta situación es preocupante ya que se trata de suelos muy vulnerables por estar localizados en una zona semiárida, con alto riesgo de desertización”, destaca la magíster.

Participación de la comunidad

En el estudio, cada participante cultivó una planta de interés, con y sin tratamiento, utilizando el bioestimulante a base de ácidos húmicos para comparar sus efectos.

“Las familias aprendieron el paso a paso de cómo elaborar bioinsumos y por qué funcionan como estimulantes biológicos para promover el crecimiento de plantas de maíz, mejorando aspectos como longitud y grosor de la mazorca, número de granos por mazorca, peso seco (biomasa) del follaje, y peso seco de la raíz”, explica la investigadora.

El análisis cuantitativo determinó que en 6 de los 10 patios las mazorcas de las plantas tratadas con ácidos húmicos tuvieron un perímetro promedio mayor con respecto a las del tratamiento control; así mismo, en 4 patios fueron en promedio más largas, y en 7 patios las plantas dieron mazorcas con más peso en el tratamiento.

En la comunidad hay cuatro cultivos de alta preferencia, en los cuales los participantes manifestaron interés de probar el uso de insumos biológicos: la yuca, el maíz, el frijol cabecita negra y el plátano, que son justamente los cultivos de mayor importancia en la dieta familiar.