María Antonia Amado, estudiante de la Especialización en Ciencia y Tecnología de Alimentos de la Universidad Nacional de Colombia, y química profesional en Fedepalma, asegura que la investigación en este ámbito se inició hace cinco años y hoy se cuenta con resultados contundentes.
Explica que los pilares del programa nacional de biodiesel, impulsados por el Gobierno nacional, son tres. Primero, contribuir al desarrollo del sector agrícola que, según dice la joven, tiene gran potencial para crecer, sin necesidad de tumbar bosques y sin poner en riesgo la seguridad alimentaria.
El segundo es disminuir la dependencia energética que tiene en este momento el país, que importa casi el total de biodiesel que se consume. El tercero, contribuir al mejoramiento de la calidad del aire.
"Cenipalma y el Instituto Colombiano del Petróleo, de Ecopetrol, se unieron para caracterizar los biocombustibles y corroborar cuáles cumplían con las especificaciones normativas y técnicas que se requerían para el buen desempeño de un motor. En efecto, el aceite de palma tuvo el mejor", asegura Amado.
Y agrega: "Luego se hicieron pruebas en un motor para corroborar aspectos sobre potencia, emisiones ambientales y, después, en una fase final del primer proyecto, se hicieron pruebas con cinco vehículos diferentes en un chasís dinamométrico (de ensayos)".
Según la estudiante de especialización, en ese primer proyecto se comprobó que había beneficios ambientales, pues de acuerdo con los resultados de los experimentos es el único biodiésel capaz de reducir emisiones de óxidos de nitrógeno.
En la segunda fase del proyecto se experimentó con 12 articulados del sistema de transporte masivo de Bogotá Transmilenio. Se probó con mezclas que iban del 5 al 50 por ciento y se pudo evidenciar los mismos beneficios hallados en la primera fase.
Finalmente, en la tercera fase del proyecto se unieron lazos con el sector privado automotor para experimentar con el biodiesel de aceite de palma en vehículos de carga que cubren largas distancias.
"Estos son vehículos paqueteros, que cubren rutas intermunicipales y estamos evaluando nueve camiones, analizando mezclas de biodiésel de palma hasta del 20 por ciento. Esta es una fase que lleva 30 por ciento de ejecución, pero los resultados encontrados son bastante satisfactorios", dice la investigadora.
Esta clase de desarrollos apuntan a contribuir con la nueva legislación que entrará en rigor en 2012, en el sentido de que todos los vehículos importados deben tener motores capaces de trabajar con una mezcla de combustible en donde el biodiésel debe ser el 20 por ciento del total.
Sobre la posibilidad de que en Colombia haya una sobreexplotación de los suelos por la siembra de palma de aceite, María Antonia Amado asegura que existe mucha desinformación sobre la manera en que se manejan estos cultivos en el país.
"La realidad es que el tema del mal manejo de los bosques viene traído de otros países que han crecido a costa de sus selvas, pero aquí no pasa eso. En nuestro país la mayoría de productores de este aceite son pequeños palmicultores, y realmente Colombia es un país que tiene alrededor de 17 millones de hectáreas cultivables, de las cuales se están usando muy pocas", dice.
Asegura que la mayoría de los cultivos de palma han sido establecidos en zonas abandonadas. Además, agrega, "Colombia es líder en algo que se llama la Mesa Redonda del Aceite de Palma sostenible, eso quiere decir que aquí hay unos principios y criterios de producción sostenible del aceite de palma, en donde se establece desde dónde se debe ubicar el cultivo hasta cómo debe ser la producción, y en este momento Colombia es pionero en algo que son los mecanismos de desarrollo limpio".
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