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Medioambiente

Baja en contaminantes no es significativa en Día sin Carro

La reducción de los dos contaminantes que afectan seriamente a la ciudad, "ozono malo" y partículas de diesel no es significativa en jornadas como el Día sin Carro.

Así lo expresaron expertos del Departamento de Química de la Universidad Nacional de Colombia y del Laboratorio para la Medición de la Calidad del Aire, como Luis Carlos Belalcázar. 

El profesor del Departamento de Ingeniería Química y Ambiental de la UN dijo que en los últimos años se han hecho muchos esfuerzos para mejorar la calidad del aire, pero los resultados no han sido determinantes. "En el día de hoy no se aprecia esa reducción. Mañana, cuando la atmósfera acumule y suelte esas sustancias se podrán conocer sus valores", afirmó. 

Explicó que las dos fuentes contaminantes del aire en Bogotá y que más causan daño a la población, como irritación ocular y enfermedades respiratorias agudas, especialmente en niños y ancianos, son el material particulado (producido por los buses y vehículos movidos por diésel) y el llamado "ozono malo", que es una reacción química que se produce en el aire por la combustión de los vehículos a gasolina. Dichas sustancias se denominan "compuestos orgánicos volátiles". 

Agregó que es muy difícil cuantificar su presencia en el ambiente, porque el ozono no es un contaminante que se emite directamente, sino que se forma en el aire. "Ese es el que nos irrita los ojos en el centro y en el suroccidente de la ciudad (la zona más contaminada) y también produce enfermedades respiratorias", advirtió. 

"La reducción de las partículas del diésel no es muy significativa. Con la jornada del Día sin Carro sí bajan otros contaminantes como el carbono que, en realidad, no es el problema central de la polución en Bogotá, como los dos anteriores", resaltó.

Si se remueven los vehículos a gasolina, hay una reducción lógica de esos compuestos, pero los más peligrosos son las partículas, que permanecen suspendidas en el aire igual que en un día ordinario. 

Llamó la atención en que los resultados son infructuosos porque las medidas que han sugerido la academia y los técnicos desde que comenzaron los estudios de monitoreo en la calidad del aire y que se aplican de igual manera a jornadas especiales como la del Día sin Carro, en los últimos 11 años no se han adoptado.

"Por ejemplo, sugerimos la renovación del parque automotor de los buses y el retiro de los vehículos de servicio público que ya sobrepasaron con creces su vida útil (todavía hay centenares de buses con más de 30 ó 40 años de servicio). Por eso la calidad del aire no ha mejorado", dijo. 

Según Belalcázar, otro de los problemas centrales es el boom en la circulación de motocicletas en la ciudad, y a las que no se les restringió la movilidad durante la jornada. Incluso, dijo que más allá del día de hoy, el aplazamiento del retiro de las motos de dos tiempos sigue agravando la polución. 

El asunto de las motos se está saliendo de las manos de las autoridades, porque no solo incrementan la contaminación, sino que están involucradas en la accidentalidad vial, con heridos, discapacitados y muertos. Así lo revelan las cifras del Observatorio de Movilidad de la Cámara de Comercio: en el 2010, las motocicletas fueron la cuarta causa de los accidentes en la ciudad, con el 12,3% del total, pero ocuparon el segundo lugar en heridos (21,8%) y muertos (27,8%) producto de los choques. 

"Poco a poco, las motocicletas se van a convertir en un mayor foco de contaminación y de accidentalidad de lo que son ahora", puntualizó el investigador Belalcázar. 

Hay que romper mitos, como el que asegura que los articulados de Transmilenio son los responsables de la gran contaminación de la ciudad. "Por las pruebas realizadas en laboratorio desde que el sistema entró en operación, se evidencia un mayor control y mantenimiento a estos vehículos. Además, la cantidad es menor a los buses, busetas y colectivos que ruedan en la ciudad", aseguró. 

En su concepto, el Día sin Carro sirve, pero no es la panacea. "Con jornadas como la de hoy debemos reflexionar y actuar sobre qué sistema masivo de transporte se va a implantar en la ciudad en el corto plazo. No tener un sistema masivo de transporte provoca el desorden en algunas partes de la ciudad, cuando se hacen estas jornadas especiales", puntualizó. 

Una cuestión de movilidad 

El director del Observatorio de Logística y Movilidad del Centro de Investigaciones para el Desarrollo (CID) de la UN, José Stalin Rojas, dijo que hoy la ciudad está, ambientalmente y por movilidad, igual o peor a cuando comenzó el Día sin Carro hace 12 años. 

Aseguró que en estos momentos no existe una política pública para la sostenibilidad del transporte, ni una política pública centrada en el peatón. Al contrario, persisten vacíos normativos sobre la calidad de la gasolina. "El transporte público no está racionalizado en sus rutas, y todo ello es un cúmulo que genera mayor contaminación. En 12 años de reflexión con el Día sin Carro, hoy no se ha creado ni una sola acción que contribuya a solucionar en algo estos males en movilidad que arrastra la ciudad", enfatizó. 

El reflejo de esa desarticulación se ve en medidas como la multa de 250 mil pesos a quien "pillen" en la calle con su carro. "No se incentivan actividades para que los ciudadanos no quieran usar su carro, o para que a partir de mañana se lleven a cabo acciones en pro de la disminución de la contaminación. La política debe estar dirigida al peatón, a la bicicleta pública y a medidas alternativas como el carro eléctrico", puntualizó.