Bacterias que crecen en los hábitats del mosquito del dengue favorecen su propagación
Algunas bacterias que interactúan con el mosquito, transforman el agua de los criaderos en ambientes menos tóxicos, propicios para el desarrollo de las larvas. Foto: archivo Unimedios.
En el agua de los criaderos se encontraron algunos de estos microorganismos con implicaciones directas en la salud pública. Fotos: Alejandro Castañeda Espinosa, estudiante de la maestría en Ciencia – Biotecnología, UNAL Sede Medellín.
El muestreo se hizo en diferentes criaderos, pero los más inéditos fueron llantas y tuberías.
La termoclina es un dispositivo diseñado por el grupo Microbiop que tiene un gradiente de temperatura que va de los 18 °C a los 40 °C.
Eliminar criaderos sigue siendo la estrategia más eficaz para reducir la proliferación de A. aegypti.
Alejandro Castañeda Espinosa, estudiante de la maestría en Ciencia - Biotecnología de la UNAL sede Medellín.
“En un terreno baldío observamos una lata con gran cantidad de material particulado, posiblemente de óxido. A pesar de esto y de las altas temperaturas provocadas por la sequía, encontramos que algunas larvas se estaban desarrollando”, relata Alejandro Castañeda Espinosa, estudiante de la Maestría en Ciencia - Biotecnología de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Medellín. Este detalle nos fue sorprendente porque el Aedes aegypti prefiere desarrollarse en aguas limpias y estancadas.
Los mosquitos también se encontraron en criaderos como una llanta llena de vegetación que reposaba en un basurero al aire libre, con un alto contenido de sales, posiblemente debido a la acumulación de agua de lluvia evaporada o a la presencia de residuos; y en una tubería expuesta al aire libre, dentro del asfalto.
“La temperatura promedio que medimos en la tubería era de 34 °C, mientras que los insectos normalmente se desarrollan en condiciones de laboratorio a 27 °C. Esto muestra una variación significativa en las condiciones de desarrollo del Aedes en el campo”, precisa el investigador.
El estudio se desarrolló en los barrios Porvenir, Colombia y 11 de noviembre de Leticia, zonas con alta incidencia de dengue según la Secretaría de Salud Departamental del Amazonas.
Durante más de una semana, el investigador junto con otros colegas se adentró en la comunidad para instalar trampas y recolectar huevos y larvas del mosquito para obtener información sobre los criaderos más comunes, el tipo de ambiente que prefieren para su desarrollo, la composición del agua y las bacterias que los acompañan en ese proceso.
Para conocer las temperaturas en las cuales Aedes aegypti lograba crecer, se utilizaron trampas especiales compuestas por baldes de color negro equipados con tiras de tela o materiales naturales como guadua o balso, donde las hembras depositaban sus huevos durante períodos de siete días. Posteriormente, los huevos se criaron en laboratorio hasta alcanzar la etapa adulta y los mosquitos se sometieron a pruebas en una cabina con control de temperatura para determinar sus preferencias térmicas.
Para el análisis de las bacterias se extrajo material genético o ADN de las muestras y se aplicó un método conocido como secuenciación, que ayuda a identificar las diferentes especies presentes en cada etapa del ciclo de vida del mosquito, desde la etapa de huevo hasta los insectos adultos.
“Encontramos más de 100 bacterias, entre ellas de los genéros Dechloromonas, Flectobacillus y Aquabacterium, las cuales son abundantes y algunas de ellas podrían estar relacionadas con un potencial biotecnológico porque disminuyen la cantidad de cloro, lo cual transforma el agua de los criaderos en ambientes menos tóxicos para el desarrollo de las larvas”, destaca el investigador.
Además de este grupo, en el agua de los criaderos se encontraron algunos de estos microorganismos con implicaciones directas en la salud pública que podrían representar un riesgo para la población si el agua contaminada se utilizara para el consumo. Mycobacterium, por ejemplo, es asociada con enfermedades respiratorias; Salmonella y Enterobactercon las gastrointestinales.
“Elizabethkingia fue una de las bacterias que estuvo presente a lo largo de todo el ciclo de vida de A. aegypti, incluso en el agua. Se ha demostrado que podría desempeñar un papel clave en el desarrollo de los insectos, y en algunos casos, se ha observado que incluso puede transmitirse de una generación a otra a través de los huevos”, manifiesta el estudiante de la UNAL.
Tras obtener estos resultados, se realizaron jornadas de educación con la comunidad, siendo este un paso importante en la prevención, ya que eliminar criaderos sigue siendo la estrategia más efectiva para reducir la proliferación del mosquito.
“Los resultados de esta investigación podrían servir como base para desarrollar nuevas metodologías de control, como el uso de bacterias para alterar la capacidad del mosquito de transmitir enfermedades”, concluye.
El estudio fue dirigido por la profesora Claudia Ximena Moreno Herrera de y codirigido por el investigador PhD. Rafael J. Vivero Gómez, de la Facultad de Ciencias de la UNAL Sede Medellín. También contó con el apoyo de Daniela Duque Granda, magíster en Ciencias - Biotecnología de la misma Institución.