Ayuno intermitente, una tendencia que exige responsabilidad y guía profesional
Según el doctor Jhoann Pérez Arévalo, Nutricionista - Dietista de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), el ayuno intermitente consiste en tener una restricción de calorías, alternando días de ingesta normal con días en los que no se consumen alimentos ni bebidas. “Con esta práctica se busca reducir el aporte de energía, lo cual facilita la utilización de las reservas del cuerpo”.
Aunque puede parecer una solución rápida para perder peso, los riesgos y beneficios dependen en gran medida de cómo se realice y de las características individuales de quien lo practica. “Muchas personas lo hacen sin orientación adecuada, lo que puede llevar a desequilibrios nutricionales y otros problemas de salud”, indica el doctor.
El ayuno se asocia con pérdida de grasa porque durante las primeras horas de ayuno, el cuerpo utiliza el glucógeno -una forma de almacenamiento de glucosa- almacenado en el hígado como fuente de energía. Cuando estas reservas se agotan, entra en acción la grasa corporal -tejido adiposo- a través de un proceso llamado beta-oxidación que descompone los ácidos grasos para producir energía.
Sin embargo, no todo es positivo. “El ayuno prolongado puede llevar a una pérdida de masa muscular - componente importante del estado nutricional y de la fuerza y resistencia del cuerpo- si no se acompaña de una ingesta adecuada de proteínas y adecuado estímulo físico”, advierte el experto, indicando que el peso corporal se compone aproximadamente de un 75 % de grasa y un 25 % de músculo.
Especifica que las personas con ciertas condiciones, como diabetes mellitus tipo 2 o trastornos de la conducta alimentaria, deberían evitar este régimen debido a los riesgos asociados.
“Como profesional de la salud no recomendaría este tipo de régimen para dichos pacientes, quienes por lo general presentan sobrepeso u obesidad. Solo lo consideraría si la persona tiene un buen control de glucosa, que todos los días mide sus niveles antes y después de cada comida, lleva un registro detallado y en mi calidad de especialista, le realizaría monitoreos periódicos de hemoglobina glicosilada para asegurar un control metabólico adecuado", aclara.
Agrega que, “para estos pacientes, una dieta alta en fibra y un consumo regular de alimentos es más beneficioso. Por lo tanto, no recomendaría el ayuno para este tipo de pacientes”.
En cuanto a las personas que tienen antecedentes de trastornos alimenticios como anorexia, bulimia o atracones de comida, el ayuno intermitente puede exacerbar síntomas como la obsesión por la comida y las ingestas descontroladas; además, agrava el impacto emocional negativo asociado con patrones restrictivos.
“El control de tiempo es muy difícil. Adaptarse a un consumo de solo 6 u 8 horas es duro, genera hambre, la persona se va a poner de mal humor, y también va a querer comerse todo lo que se le atraviese”, anota.
El doctor Pérez destaca también que los horarios de alimentación afectan la respuesta hormonal del cuerpo, como la secreción de insulina y glucagón- hormona producida por el páncreas que ayuda a mantener el nivel de glucosa en la sangre-.
Por ejemplo, comer temprano en el día podría favorecer un mejor control metabólico que hacerlo por la noche. “Algunos estudios han mostrado que consumir alimentos entre las 5:30 p.m. y las 8:30 p.m., puede aumentar los niveles de triglicéridos y colesterol LDL -el colesterol “malo”-, por eso apoyan el ayuno temprano que cesa a las 5:00 de la tarde, entonces se tiene una ventana de tiempo de 8 horas hasta las 5 de la tarde para consumir alimentos”.
Según el nutricionista - dietista de la UNAL, el ayuno intermitente puede ser útil en casos específicos, como adolescentes con obesidad severa o adultos con sobrepeso que buscan una pérdida rápida de grasa. No obstante, debe ser implementado bajo la supervisión de un profesional de la salud. “En adultos mayores o personas con un índice de masa corporal bajo, esta práctica no es recomendable”, puntualiza.
Con ello, también genera consciencia sobre la actividad física, pues esta juega un rol determinante en el éxito de cualquier régimen alimentario. “El ejercicio regular no solo mejora la composición corporal, sino que también potencia los beneficios metabólicos del ayuno”, destaca.
Sin embargo, advierte que quienes practican deportes de alta intensidad podrían experimentar una reducción en el rendimiento si no se gestionan adecuadamente los tiempos de ingesta y la cantidad de carbohidratos consumidos.
El experto de la UNAL ofreció estos aportes en el programa Salud UNAL Contigo, iniciativa liderada por la Facultad de Medicina de la UNAL. Veálo completo aquí: https://www.youtube.com/watch?v=wd5KQh2hh9M