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Salud

Avanzan estudios sobre cáncer de cérvix

  • El cáncer de cérvix comúnmente se asocia a países en vías de desarrollo, donde se presentan el 80% de los casos registrados en el mundo. - Andrés Felipe Castaño/Unimedios

A través de la proteómica, técnica que permite estudiar a gran escala las proteínas de los seres vivos, el Grupo de Investigación en Hormonas de la Universidad Nacional de Colombia identificó una lista de estas sustancias orgánicas que podrían estar implicadas en la metástasis del cáncer de cérvix.

Aunque las proteínas se conocen desde comienzos del siglo pasado y su estructura se dilucidó mucho mejor a partir de los años 50, lo que ha cambiado en las últimas dos décadas es la forma de estudiarlas. Éstas son el producto de los genes de cada ser humano y las encargadas de desarrollar el trabajo celular como el metabolismo energético, el crecimiento y la reproducción.

El término "proteómica" nació en 1994 con Marc Wilkins, investigador australiano. Esta disciplina reflejó desde sus orígenes la necesidad de estudiar en su conjunto dichas sustancias orgánicas de la célula y dejar de lado la forma clásica de examinarlas aisladamente. La razón es que cuando una proteína está sola no actúa igual que cuando está en un gran grupo.

"El estudio colectivo de las proteínas conlleva un análisis más detallado de lo que realmente ocurre en una célula bien sea animal, vegetal o de un microorganismo. La información que se obtiene puede aprovecharse para realizar modificaciones en esas células y desembocar en grandes beneficios en el campo de la salud", asegura la química Myriam Sánchez, directora del Grupo de Investigación en Hormonas (GIH), del Departamento de Química de la UN, pionero en el país en implementar esta técnica para el estudio de enfermedades como el cáncer de cérvix.

Avances promisorios

El cáncer de cérvix o de cuello uterino es considerado como el más frecuente en las mujeres y está fuertemente ligado a los países llamados en vías de desarrollo, donde se presenta el 80% de los casos registrados en el mundo, según el Instituto Nacional de Cancerología.

Lo paradójico es que la principal causa de muerte de las pacientes afectadas ocurre por la metástasis o diseminación del cáncer a otros órganos, característica especial de este tumor maligno que ha suscitado su estudio a partir de la proteómica, herramienta científica contundente para conocer en profundidad los aspectos moleculares de la enfermedad.

Durante la última década, con apoyo del Instituto Nacional de Cancerología, el GIH ha estudiado líneas celulares derivadas de tumores provenientes de mujeres con cáncer de cérvix, y gracias a la aplicación de la proteómica, en los últimos tres años logró identificar 22 proteínas que están relacionadas con el proceso de migración e invasión celular. De éstas, seis no habían sido identificadas previamente y podrían ser blancos farmacológicos, es decir, útiles para la creación de medicamentos que controlen la metástasis.

Para analizar las muestras, los investigadores tuvieron que enviarlas a las universidades de Estocolmo (Suecia) y Federal de Río de Janeiro (Brasil), con las que el GIH ha establecido convenios de colaboración debido a la carencia de equipos especializados en el país para este tipo de estudios.

Pero" ¿Qué tanto pueden avanzar los científicos colombianos en estas condiciones?

La situación en Colombia y Latinoamérica

"En Colombia, a pesar de que se cuenta con profesionales idóneos para este tipo de análisis, no existen laboratorios con los equipos necesarios para realizar un estudio proteómico completo, que incluye la toma de muestras biológicas, el procesamiento para obtener las proteínas y posteriormente llegar a su identificación individual, esto quiere decir darles un nombre y luego establecer su función", asegura la profesora Sánchez.

Considera que la principal carencia es un espectrómetro de masas (dispositivo empleado para separar iones dentro de una muestra que posee distinta relación carga/masa), por lo que los científicos colombianos se ven obligados a enviar sus muestras a laboratorios en el exterior. La unidad fundamental para hacer proteómica podría costar entre cuatro y cinco mil millones de pesos.

En Latinoamérica, algunos países tienen laboratorios dotados de la infraestructura necesaria para este quehacer científico: Venezuela, en el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas; Uruguay, en el Instituto Pasteur en Montevideo, y Chile, en el Laboratorio de Proteómica en la Universidad Católica.

Cuba, por ejemplo, se ha convertido en líder mundial de la aplicación de tecnologías en esta materia. Actualmente, el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de La Habana cuenta con uno de los pocos grupos de investigación en el mundo capaz de identificar cerca del 100% de proteínas en un microorganismo simple.

Solamente un químico de la isla, Gabriel Padrón, tiene 15 patentes sobre el desarrollo de tecnologías para proteómica, que permiten aumentar el número de proteínas identificadas en una investigación.

Padrón estuvo recientemente en Colombia en el curso taller Proteómica: Fundamentos, Aplicaciones y Perspectivas. Allí expresó la necesidad de crear una red latinoamericana para potenciar este tipo de investigación en la región.
"Las técnicas han avanzando a tal punto que permiten la identificación de más de mil proteínas en solo una hora, mientras hace 20 años separar y reconocer una sola tomaba meses", dice Andrés Felipe Vallejo, químico de la UN.

Al igual que los humanos, cada proteína cuenta con una huella digital que le permite ser distinguida de las demás. Esto evidencia la complejidad de la proteómica, que si bien requiere de técnicas sofisticadas para su estudio, también demanda un gran esfuerzo pedagógico para vencer en los científicos la falta de información acerca del tema, en una región donde, por ejemplo, las altas cifras de cáncer de cérvix deberían ser cuestión del pasado, concluye la profesora Myriam Sánchez.