Estos fueron los resultados conseguidos con un programa de 20 sesiones en el que Natalia Bayona Ospina, magíster en Musicoterapia de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), utilizó la teoría de la musicoterapia y la de la terapia mindfulness para trabajar con nueve niñas pertenecientes a la Fundación Nuestra Señora de las Mercedes, de Bogotá, una entidad sin ánimo de lucro cuyo objetivo es cuidar y educar a niñas en situación de vulnerabilidad y riesgo social.
"Al trabajar con diferentes poblaciones me he dado cuenta de que la autoestima influye mucho en el desarrollo psicológico sano de una persona", manifiesta la investigadora, quien por ese motivo decidió enfocarse en esta población de niñas que han atravesado por situaciones de violencia en sus contextos familiares, lo que puede llevar a sentimientos de baja autoestima.
Para realizar la intervención, la magíster se basó en tres categorías ligadas al concepto de autoestima, identificadas a partir de la revisión bibliográfica: autoconocimiento, autorregulación y autoconfianza, entre las que destaca la primera como una parte importante para reconocer la situación negativa que se está viviendo y superarla.
A partir de dichas categorías se realizaron las sesiones, de alrededor de una hora de duración, en las que se desarrollaron cuatro métodos de musicoterapia: improvisación, re-creación, composición y receptivo. Además se integraron conceptos del mindfulness, terapia que se enfoca en aprender a identificar los pensamientos y las emociones positivas y negativas, aceptándolas para generar bienestar.
"Con esto se pretendía que las niñas empezaran su autoconocimiento corporal, que reconocieran lo que es tener emociones negativas y positivas, y también empezarán a encontrar qué cosas positivas y negativas las caracterizaban", detalla la magíster sobre la etapa inicial de reconocimiento, autoconocimiento y exploración.
Posteriormente se abordaron las situaciones familiares de las niñas, reconociendo aquellas como la soledad que sienten por estar alejadas de su familia, por experiencias en que sus familiares les hicieron daño, o por sentimientos de culpa desarrollados a partir de estas vivencias, para integrarlos finalmente en su autorreconocimiento como una enseñanza para aprender también a perdonar y a valorar los aspectos positivos que reciben en la Fundación.
"Fue un trabajo muy bonito que se concretó con unas composiciones con las que al final se hizo una presentación ante algunas mamás, profesoras y demás personas de la institución", comenta la investigadora Bayona, y resalta que este tipo de situaciones también llevó a que las personas cercanas a las niñas reconocieran las dificultades por las que ellas atraviesan, lo que ayudó a visibilizar la problemática.
Efectos positivos
Por tratarse de una investigación de tipo cualitativo, la evaluación de los efectos que tuvo la intervención se evaluaron describiendo y analizando las vivencias de cada participante relacionadas con los métodos de musicoterapia aplicados, a partir de autorreportes realizados por las participantes y la psicóloga de la institución.
"Desde la musicoterapia hice un análisis detallado según lo que cada niña tocaba para observar si mejoraba su autoestima. Por ejemplo si al principio una niña tocaba más suave o era tímida al hacerlo, y luego propone más cosas, es más creativa y se expresa mejor musicalmente, vemos un cambio en su autoestima que se refleja en la música", explica la magíster.
Así mismo se observó que la musicoterapia benefició no solo estos aspectos relacionados con la autoestima, sino también la organización y el trabajo en equipo, el fortalecimiento de vínculos y amistades, la visibilización de sus necesidades ante su círculo social, y el fortalecimiento de las redes de apoyo.