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Ciudad y Territorio

Atraer nuevos usuarios: el reto tras organizar el transporte público en Pasto

    Aunque la implementación del Sistema Estratégico de Transporte Público (SETP) en Pasto (Nariño) superó las deficiencias en la coordinación de los buses de la ciudad y mejoró la movilidad para la comunidad, es posible que las nuevas condiciones del servicio afecten la disposición de los ciudadanos de usarlo, ya que están acostumbrados a un servicio con “menos condicionantes”.

    En la capital nariñense el servicio de transporte público tradicional adolecía de grandes deficiencias, por estar centrado en un modelo afiliador de las empresas de transporte sin incentivos para mejorar la calidad del servicio, y por una planificación y gestión deficiente por parte de las autoridades.

    Estas condiciones resultaban en fallas, como una operación descoordinada, sobreoferta (“el negocio estaba en vincular y despachar buses”), y una flota de buses viejos, en mal estado y contaminantes. Así mismo, las “flotas atomizadas”, es decir de un propietario por cada bus, generaban peleas entre conductores por recoger pasajeros en diferentes calles, además de sus largas jornadas laborales y altos costos de mantenimiento, entre otras.

    Además la ciudad no contaba con una infraestructura segura y suficiente para el transporte público: no había señalización ni paraderos, los alistamientos y mantenimientos de los buses se atendían en las calles, el espacio público era inaccesible, los corredores viales estaban en mal estado, y la semaforización era descoordinada y obsoleta, entre otros problemas.

    Frente a esta situación, a través del Departamento Nacional de Planeación (DNP) y el Ministerio de Transporte, el Gobierno nacional desarrolló políticas para mejorar el servicio de transporte público urbano de pasajeros en varias ciudades del país, entre las que se destaca la estructuración e implementación de los SETP públicos, en los que se incluyó a Pasto.

    Este nuevo paso consolidó a la “Ciudad sorpresa” como referente en el país en la ejecución del proyecto del SEPT de Pasajeros, estrategia para la movilidad del Gobierno nacional que se adelantaría además en ciudades intermedias como Santa Marta, Armenia, Popayán, Sincelejo, Montería, Valledupar, Neiva e Ibagué.

    La implementación del SETP introdujo la adecuación de paraderos fijos, un sistema de control y gestión de flota con GPS, patios y talleres, recaudo centralizado y el pago con tarjeta, la unificación del tipo de buses, entre otras medidas, que permitieron superar varias deficiencias reconocidas en la prestación del servicio de transporte público colectivo. Pero aún quedan retos para su correcto funcionamiento.

    Atraer más usuarios

    Por esta situación, en 2022 el ingeniero civil Pablo Alejandro Montenegro Guerrero, magíster en Ingeniería – Transporte de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), un programa que profundiza en planificación y el diseño de soluciones en movilidad, desarrolló la investigación “Preferencias y determinantes de viaje en los usuarios de transporte público en la planeación de los SETP en Colombia: Una revisión del caso para la ciudad de Pasto”.

    El investigador afirma que “la implementación del SETP en Pasto incluyó cambios en la oferta del servicio, que aunque eran muy necesarios generarían impactos en la decisión de viaje de los usuarios, si se analiza desde la perspectiva de la demanda individual de transporte”.

    Las preferencias de los usuarios respecto a la forma de transportarse influyen en las decisiones de viaje. “Para ello se exploraron diferentes técnicas y metodologías, a partir de análisis estadísticos multivariados para analizar el comportamiento del usuario, a partir las encuestas de preferencias reveladas y declaradas realizadas en la estructuración del sistema”, señala el ingeniero Montenegro.

    Con estas encuestas se indagó sobre las preferencias relacionadas con el viaje tradicional que venía usando (preferencias reveladas), las preferencias de cómo sería un nuevo sistema de transporte que se implementaría en la ciudad (preferencias declaradas), logrando una caracterización de la demanda individual del transporte, dando pistas sobre cómo cambia la disposición a viajar de los viajeros en función de las condiciones actuales de su viaje y del nuevo escenario puesto a consideración.

    De las 497 encuestas realizadas, 272 correspondieron a usuarios del transporte público colectivo y 225 a usuarios del transporte informal. Los resultados arrojaron que los usuarios que se desplazan rutinariamente (estudiantes, empleados, comerciantes) tienen una mayor disposición a usar el sistema, mientras que aquellos cuyos viajes no son obligados ni rutinarios (amas de casa, desempleados) podrían decidir no viajar dadas las condiciones de viaje del nuevo sistema.

    Por otra parte, también se observa que los potenciales usuarios jóvenes son más exigentes que los mayores. Los ciudadanos encuestados que no estaban usando el servicio de transporte público colectivo (preferían moto y taxi colectivo) sostienen una disponibilidad de uso respecto al nuevo. Lo anterior sugiere una oportunidad de captura de usuarios de otros medios de transporte que el planeador del SETP deberá tener en cuenta por para ampliar la demanda de usuarios del sistema.

    Como resultado final de la investigación se encuentra que frente al nuevo SETP de Pasto, si los encuestados tuvieran que decidir subirse al sistema y calificar su disponibilidad de uso de 0 a 10, su respuesta media estaría en una calificación de 5,5.

    En palabras coloquiales, los índices resultantes revelan que los potenciales usuarios “lo pensarían dos veces” antes de usar el nuevo sistema, teniendo en cuenta que posiblemente tendrán que caminar más (para buscar un paradero), comprar o recargar una tarjeta y realizar algunos trasbordos, entre otros condicionantes que el planificador del SETP deberá considerar para ajustar la oferta de servicio.