Atención especializada de infectólogos reduce mortalidad en UCI
Conocido especialmente por su uso durante la pandemia de Covid-19, el panel de PCR múltiple es una prueba diagnóstica que en solo unas horas detecta el ADN de múltiples bacterias o virus responsables de infecciones respiratorias como la neumonía, que fue el enfoque central de este estudio. Dicha afección inflama los sacos aéreos de uno o ambos pulmones.
Según la Organización Mundial de la Salud, la neumonía es la principal causa de mortalidad infantil en el mundo; en 2019, antes de la pandemia, produjo la muerte de 740.180 menores de 5 años, cerca de 250.000 en América Latina, el 14 % de este grupo etario.
Estas infecciones que afectan al pulmón son muy comunes en los centros hospitalarios y son de gran complejidad ya que los pacientes hospitalizados están en peores condiciones y las bacterias que se contraen allí suelen ser más virulentas. Datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) muestran que en lo corrido de 2024 las neumonías volvieron a ser la principal causa de muertes asociadas con las infecciones respiratorias agudas, con un 86,5 %.
Por eso un grupo de investigadores del Hospital Universitario Nacional de Colombia (HUN), de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), evaluó la eficacia de las pruebas PCR en pacientes con neumonía ingresados en unidades de cuidados intensivos (UCI) para determinar si esta herramienta contribuía a mejorar sus resultados clínicos.
“En la pandemia, con estas pruebas moleculares se decidía qué pacientes debían estar en casa u hospitalizarse, pero fuera de ese contexto queríamos saber si realmente ayudaban a mejorar los resultados de los pacientes en cuidados intensivos”, comenta el infectólogo Jorge Alberto Cortés Luna, profesor de la Facultad de Medicina de la UNAL, coautor del estudio.
Los investigadores eligieron un estudio retrospectivo, que consiste en analizar los datos de pacientes que ya han sido ingresados y tratados –en este caso por neumonía– en las UCI del HUN y en las Clínicas Universitaria Colombia, Reina Sofía y Santa María del Lago.
De 800 pacientes reportados inicialmente, el estudio se hizo con 304 que cumplían con los requerimientos. “De ellos, a 150 se les había practicado la prueba de PCR, mientras que a 154 no se les realizó porque el médico tratante no los derivó a infectología o por otros motivos”, explica el profesor Cortés.
De allí aplicaron técnicas estadísticas como el ajuste por puntuación de propensión, que permite comparar grupos que tendrían características iniciales diferentes, como la gravedad de la enfermedad. Este enfoque ayudó a reducir sesgos y permitió evaluar de manera más precisa el impacto de la tecnología.
“En el estudio se analizó la mortalidad de los pacientes a los 30 días, su tiempo de estancia hospitalaria y en UCI. También se tuvo en cuenta el tiempo de tratamiento con antibióticos, la concordancia entre los resultados de las pruebas y los cultivos, y la valoración por parte del servicio de infectología”, agrega.
Los resultados arrojaron que aunque el panel de PCR permitió identificar microorganismos con mayor rapidez, no se evidenciaron mejoras significativas en la mortalidad ni en el tiempo de hospitalización. Del grupo que utilizó la prueba, el 51 % de los pacientes falleció, frente al 45 % de los que no la usaron, diferencia que no fue estadísticamente significativa.
Tampoco se evidenciaron mejoras sustanciales en la duración del tratamiento con antibióticos ni en la estancia hospitalaria. Pero algo que sí llamó la atención es que los pacientes que fueron atendidos por un infectólogo, independientemente de si usaron o no el panel molecular, tuvieron mejores resultados. La mortalidad en este grupo fue menor al 50 %, mientras que en los que no tuvieron esta valoración llegó al 80 %.
Ante este resultado, el profesor Cortés explica que “el uso de esta tecnología debe estar acompañado de una adecuada interpretación clínica, en la que los infectólogos juegan un papel clave porque interpretan los resultados de las pruebas en el contexto de cada paciente. Por sí sola, la tecnología no modifica los desenlaces si no se integra en un enfoque interdisciplinario”.
“Los infectólogos son médicos entrenados para entender las enfermedades infecciosas y apoyar la atención médica. Al trabajar en conjunto con el equipo de cuidados intensivos y analizar de manera integral la información del paciente, se busca reducir la mortalidad en las UCI”, concluye.
Estos resultados forman parte de la tesis para la Especialidad en Infectología de la doctora Luisa Riaño, de la UNAL.