Así están la salud y la situación alimentaria de las familias embera desplazadas en Medellín
Según la Alcaldía de Medellín, entre enero y mayo de 2022 se atendieron en Medellín 1.249 personas desplazadas del Chocó, 159 de ellas indígenas emberá katio.
“Esta población enfrenta dificultades de inseguridad alimentaria y contaminación por mercurio, por eso, en el Laboratorio planteamos un proyecto para analizar e indagar sobre la relación que existe entre los factores socioambientales y la nutrición de los habitantes”, señala Olga Lucía Chaparro, quien realiza su posdoctorado en convenio de la Universidad de Wisconsin con la UNAL.
Tras culminar la formulación del proyecto, a finales de octubre un equipo multidisciplinar emprendió la etapa de campo. “Nos acercamos a las familias desplazadas ubicadas en los inquilinatos de Niquitao, en Medellín, para indagar sobre su situación y consolidar su participación. Realizamos una brigada médica en la que participaron 83 personas; de ahí tomamos 55 muestras de cabello y orina para determinar las necesidades de salud y la posible acumulación de mercurio de las personas”, señala la investigadora Chaparro.
Gracias a esta intervención se pudo llevar a un recién nacido a cuidados intensivos del Hospital Pablo Tobón Uribe.
“Entre otros hallazgos preliminares, observamos una situación nutricional crítica, pues los indígenas se alimentan de lo que les regalan en las calles o en algunos programas sociales. Vimos problemas alimenticios y neurológicos, con mayor afectación en los niños que han tenido su proceso de gestación en el territorio (Chocó)”.
Este último hecho estaría relacionado con la minería de oro y la contaminación por mercurio presente en ríos como el Atrato. “Una de las primeras revisiones que hicimos con el toxicólogo nos llevó a encontrar que en la leche materna es donde más se puede acumular el mercurio, y además vimos que muchas mujeres tienen afectaciones en la piel, algo que también estaría impactando a poblaciones afro y campesinas del norte de Antioquia y Risaralda. A eso nos referimos cuando decimos que las condiciones ambientales afectan su salud”.
Problemas similares a estos se han observado en poblaciones del Amazonas, peruanas y bolivianas, que viven cerca de áreas de extracción de oro. Por ejemplo, hay niños con las extremidades –brazos y piernas– cortas o con labio leporino, y además aumento en el número de abortos espontáneos.
El proyecto, que se lleva a cabo con el apoyo de la UNAL Sede Medellín, la Universidad de Wisconsin, la Casa Emberá-Bead Project y el Grupo de Antropometría de la Universidad de Antioquia, tiene el objetivo de emitir alertas tempranas a propósito de la situación, establecer una metodología de trabajo con estas poblaciones y generar propuestas estratégicas.
“Queremos apoyar con programas de mejora nutricional y atención médica, además de contribuir a la consolidación de políticas de manejo responsable del mercurio”, apunta la investigadora.
Por último, señala que “sería ideal que se garantizara la seguridad alimentaria de estas personas, de manera que tengan acceso a productos de calidad e inocuos. Así mismo, a futuro esperamos presentar todos los resultados de este proyecto a la Unidad Nacional de Víctimas y a las organizaciones sociales indígenas, con el fin de aportar a la mejora de su calidad de vida”.