Por ejemplo, "la mayoría de suelos en la Sabana de Bogotá pueden ser rellenos porque muchas áreas eran humedales y para urbanizarlas tuvieron que ser intervenidas. Posteriormente, al momento de sembrar un árbol, abrieron huecos, los rellenaron con tierra negra y plantaron", indicó el profesor del Instituto de Ciencias Naturales Jesús Orlando Rivera.
En estas circunstancias las raíces no pueden expandirse y crecer de forma adecuada. Se debe tener en cuenta que muchas veces las lluvias se combinan con vientos fuertes que contribuyen al desprendimiento de la raíz y a la posterior caída del árbol.
Una forma de evitar estas caídas es no sembrar especies que crezcan a gran altura en este tipo de terrenos.
"A lo anterior se suman amenazas de obras en la ciudad que cortan las raíces, desestabilizando el árbol y aumentando su susceptibilidad a plagas que los van matando", dijo el experto.
Si se desea arborizar adecuadamente la capital, se deben utilizar especies debidamente indicadas dependiendo los suelos y ciñéndose a los parámetros de urbanización.
Prevención
Es indispensable contar con zonas verdes amortiguadoras, sobre todo en áreas cercanas a laderas, cerros y montañas.
No deforestar y no construir en zonas que naturalmente son cañadas o similares.