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Artes y Culturas

Ante la Unesco, comprometidos con la diversidad cultural

Cincuenta jóvenes líderes de 34 países, miembros activos de la sociedad civil, se comprometieron a promover la pluralidad de expresiones culturales que hay a partir de la diversidad cultural. En este grupo están dos colombianos, entre ellos una docente de la Universidad Nacional de Colombia.

El compromiso es grande y puede ser difuso para el común de la gente: promover que las creaciones de música tradicional sean conocidas, preservar las lenguas indígenas para que no desaparezcan e incentivar el respeto por la multiplicidad de expresiones culturales en todos los ámbitos.

Estos profesionales, menores de 40 años, se le midieron al reto ante la Unesco. En este grupo están los colombianos Diego de la Rosa, de la Alianza Colombo Francesa de Barranquilla, y la antioqueña Sandra Velásquez Puerta, docente en Manizales de la Universidad Nacional de Colombia.

Ellos son las fichas clave para que en el país y en América Latina las pequeñas e independientes industrias culturales se conserven y se promuevan. Hoy, según explica Velásquez Puerta, muchas manifestaciones culturales están en peligro por factores que van desde tratados de libre comercio que ponen en riesgo la producción nacional, hasta la pérdida de identidades regionales por influencias externas.

"Cuando hablamos de industrias culturales nos referimos al cine, la televisión, la música, la literatura y el espectáculo en general. Más recientemente se habla de las multimedia, la moda, el diseño y hasta el deporte. Son bienes y servicios que deben tener un trato distinto, se deben proteger, porque es allí donde está representada la identidad de un pueblo", asegura la docente.

Si bien en Colombia la Constitución Política garantiza la diversidad cultural como principio fundamental, y existe un marco regulatorio que promueve aspectos como el bilingüismo con las comunidades indígenas, todavía queda un trabajo extenso para que la diversidad se materialice en ciertos escenarios.

Sandra Velásquez indica que los 50 jóvenes profesionales que en junio pasado se reunieron en París (Francia) para el Foro U"40 de la Unesco, como se denomina a este grupo, expusieron una serie de propuestas y adquirieron compromisos en pro de la diversidad.

Lo primero que deben hacer estas personas, provenientes de países tan diversos como Trinidad y Tobago, Bangladesh, Mauritania, México o Rusia, es visibilizar, concientizar y generar participación de la sociedad civil en temas de diversidad.

Para esto, deben traducir los mensajes y principios clave a una amplia diversidad de idiomas y lenguas (con particular atención a las lenguas indígenas y otras lenguas en peligro) y difundirlas a través de Internet.

Además, involucrar a líderes comunitarios, medios y profesionales de la comunicación, artistas, profesionales y personas inmersas en los ámbitos culturales, así como a los sectores privado y público. Así mismo, promover herramientas de aprendizaje interactivo y promover las buenas prácticas en diversidad cultural.

Una acción concreta que da la profesora Velásquez es que las organizaciones colombianas expresen, de viva voz, su compromiso con la diversidad planteando códigos de buenas prácticas. Esto es establecer principios y acciones que dejen claro, por ejemplo, la práctica de cualquier credo religioso, que se admitan personas de diversos orígenes étnicos y que, en general, haya igualdad, respeto y tolerancia.
 
"La diversidad es algo muy importante en Colombia, donde existen tantos problemas de violencia que se desprenden por la falta de aceptar la diversidad de formas de pensar", añade la docente del programa de Gestión Cultural y Comunicativa en la UN en Manizales.
 
La experta añade que, en el ámbito público, la protección de la diversidad nacional puede darse si, por ejemplo, un alcalde de un municipio toma la decisión de dotar la biblioteca local con libros que favorezcan la industria cultural local.

Otro compromiso es el de promover la cooperación global, en aspectos como permitir la accesibilidad a tecnologías de comunicación para aumentar y mejorar la participación de la sociedad civil en esfuerzos de cooperación. Además, facilitar la movilidad de artistas, profesionales y practicantes de la cultura que viajen con fines de intercambio cultural, entre otras iniciativas.

En Estambul (Turquía), que será la Ciudad Europea de la Cultura en el 2010, representantes de todas las regiones del mundo volverán a presentar las propuestas para implementar la Convención sobre la diversidad cultural. El objetivo es que para el 2030 haya una consciencia global sobre lo que es la diversidad cultural y lo importante que es preservarla en un mundo en donde las identidades regionales tienden a perderse.