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Economía y Organizaciones

Alternativas electrónicas combatirían lavado de activos en juegos de azar en Colombia

    Los clientes del sector de apuestas permanentes del país prefieren usar dinero en efectivo como medio de pago, lo cual en representa un riesgo financiero para actividades ilícitas como el lavado de activos, en un sector que aporta 1,7 pesos por cada 100 pesos del producto interno bruto (PIB). El alto manejo de estos recursos –que aportan a la salud y a la investigación en ciencia y tecnología– requiere de mecanismos que permitan un mayor control.

    Hasta el primer trimestre de 2023 las apuestas permanentes o chance –que requieren la presencia física del jugador– superaban el recaudo de las apuestas digitales, con $869.526 millones de pesos. “El 100 % de estas empresas utilizan el efectivo, lo que plantea desafíos en términos de seguridad y control financiero, pero también subraya la relevancia del sector en la economía informal y formal del país”, señala Juliana Giraldo García, estudiante de la Maestría en Administración de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Manizales, quien en su tesis analizó las alternativas para el pago electrónico en las empresas de apuestas permanentes.

    En Colombia el sector de los juegos de suerte y azar es una fuente importante de contribución económica para los departamentos. “En 2019 aportó 1,7 billones de pesos al ingreso nacional, lo que representó el 0,2 % del PIB del país, según lo señaló el exministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, durante el Congreso LAFT América 2020”, agrega la investigadora.

    Además este sector es importante para generar empleo, ya que en el país existen 38 empresas de apuestas permanentes, representadas en 26 compañías que operan en todos los departamentos del país.

    ¿Cuál es el problema?

    El uso del dinero en efectivo en Colombia representa un riesgo alto para el lavado de activos y el financiamiento del terrorismo, especialmente en sectores informales y rurales. El efectivo facilita que se oculte el origen ilícito del dinero y se evadan controles financieros.

    Aunque la Unidad de Información y Análisis Financiero (UIAF) recibe reportes sobre movimientos sospechosos, muchos no son completos o precisos, lo que limita la efectividad del control. También hay poca comunicación entre la UIAF y las empresas obligadas a reportar, lo que, junto con la falta de capacitación en algunos sectores, hace más difícil luchar contra esta problemática.

    En Colombia, el lavado de activos y la financiación del terrorismo representan una grave amenaza para la estabilidad económica y social, fomentan la violencia y la corrupción, y afectan sectores como el automotor, inmobiliario y financiero. En 2022 la DIAN reportó la incautación de 2.500 millones de dólares (unos 10 billones de pesos) y la captura de 1.200 personas involucradas en estos delitos, mientras que los bienes incautados alcanzaron los 1.500 millones de dólares (alrededor de 6 billones de pesos).

    Estas actividades ilícitas, vinculadas al narcotráfico y al crimen organizado, representan alrededor del 4,5 % del PIB y se concentran en zonas con cultivos de coca, donde los homicidios y amenazas son significativamente más altos. En el mundo, los delitos financieros les cuestan a países como Colombia hasta 1,26 billones de dólares al año, lo que refleja el impacto global del problema.

    Alternativas para las empresas dedicadas a las apuestas permanentes en Colombia

    Para abordar el problema del uso predominante de efectivo en los juegos de azar en Colombia y reducir los riesgos asociados con el lavado de activos y el financiamiento del terrorismo, la investigadora Giraldo enfocó su investigación en la necesidad de impulsar alternativas electrónicas de pago que permitan una mayor trazabilidad y control.

    La tesis fue co-dirigida por el profesor Carlos Andrés Osorio Toro, Ph. D. en Administración de la Universidad de Newcastle (Reino Unido), quien destacó que entre las principales opciones para este sector están la masificación del uso de cuentas bancarias, tarjetas débito y crédito, así como transferencias bancarias y billeteras digitales.

    Según la estudiante Giraldo, “estas opciones no solo ofrecen mayor seguridad en las transacciones, sino que además facilitan la inclusión financiera, lo cual es fundamental en sectores rurales e informales. Asimismo se recomienda fortalecer la infraestructura para pagos electrónicos, enfocada en aumentar la confianza del público a través de campañas de educación y difusión sobre los beneficios de estos medios de pago”.

    “La implementación de tecnologías emergentes como el código QR, pagos sin contacto, links de pago y soluciones innovadoras como el SPI (Sistema de Pagos Instantáneos), pueden acelerar la transición hacia una economía más digital”, puntualiza.

    Este cambio debe ir acompañado de políticas que fomenten la interoperabilidad, la disponibilidad 24/7 de los sistemas de pago, y la reducción de costos para los usuarios. Al adoptar estas tecnologías, Colombia no solo reduciría la dependencia del efectivo, sino que además limitaría el espacio para actividades ilícitas y mejoraría la competitividad de su sistema financiero.

    Entre las principales alternativas se encuentran el uso de cuentas bancarias, tarjetas débito y crédito, y transferencias bancarias, que proporcionan mayor trazabilidad y seguridad en las transacciones. Además, la implementación de billeteras digitales y el sistema PSE (Pagos Seguros en Línea) permite una integración más eficiente y segura para el manejo de pagos en línea.

    Herramientas como las tarjetas virtuales y los pagos mediante códigos QR ofrecen flexibilidad y conveniencia para los usuarios. La adopción de estas alternativas no solo facilita el cumplimiento normativo, sino que además contribuye a una mayor transparencia en las operaciones, reduciendo los riesgos asociados con el efectivo y mejorando la eficiencia operativa del sector de juegos de azar.