El evento, organizado por la Dirección de Extensión, contó con la presencia de Joan Martínez Alier, catedrático de Economía e Historia Económica de la Universidad Autónoma de Barcelona, quien dijo que cada vez más en Europa y Norteamérica hay una macroeconomía ecológica que se basa en la idea del no crecimiento económico. "Porque a mayor crecimiento del Producto Interno Bruto, mayor es el daño ambiental, pues si se reduce el uso de combustibles fósiles como el petróleo, el gas y el carbón, difícilmente la economía crecerá".
En su opinión lo que hay que hacer es buscar el crecimiento en otros sectores, "por ejemplo en áreas como la arquitectura bioclimática, donde se consume menos energía; o en la agricultura orgánica o también pensar en reducir la producción de automóviles en países desarrollados", dijo el docente europeo.
A su turno, la profesora Laura Osorio del Instituto de Estudios Ambientales (IDEA) de la UN habló sobre el manejo de las aguas en la ciudad el futuro y cómo se ha logrado disminuir hasta en un 90% la cantidad de residuos arrojados al río Bogotá por curtidores de Villapinzón (Cundinamarca). "El trabajo nuestro se concentró en trabajar con un grupo básico de 30 curtidores para lograr procesos de producción más limpia y evitar que ellos siguieran arrojando a las aguas todo tipo de residuos orgánicos, de pelos de los cueros, de grasas, de virutas con cromo, de sulfuros, porque requieren utilizar sales, en fin, la contaminación era demasiado alta".
El profesor José Daniel Pabón, de la Facultad de Ciencias Humanas de la UN, advirtió que Cundinamarca puede llegar a tener un incremento de cuatro grados en su temperatura, entre el 2071 y el 2100, de acuerdo con estudios realizados en estaciones climáticas del departamento, y al mismo tiempo durante este periodo se reducirían las precipitaciones.