Algoritmos serían aliados en la reducción de multas por uso de paneles solares
La energía activa es la cantidad de kilovatios (kW) útiles que utilizamos para cada periodo de facturación. Si se realiza un consumo eficiente de la luz pagaremos poco, y por el contrario, si derrochamos y malgastamos energía, pagaremos más. Por su parte, la energía reactiva no tiene ninguna utilidad ni sirve para nada.
La energía reactiva se origina en los campos magnéticos asociados con bobinas o motores. Por ejemplo, cuando un ascensor se enciende, su bobina crea una serie de necesidades eléctricas, independientes de su funcionamiento, que son cubiertas con la reactiva.
“Además de la activa, a las fábricas y empresas también se les regula la energía reactiva, que nunca puede superar el 50 % del consumo de la primera, pues ahí es cuando aparece la multa”, señala el ingeniero electrónico Melqui Camacho Espitia, magíster en Ingeniería - Automatización Industrial de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Medellín.
Explica además que “la energía activa viaja a través del cableado y llega casi directamente a los tomacorrientes de un espacio, mientras la reactiva genera una reacción de ida y vuelta por la red de suministro a una velocidad altísima, alcanzando trayectos multiplicados por 50 veces y contenidos en un solo segundo”.
“Cuando se instala un sistema de energía solar, la energía activa disminuye en proporción con la generada, pero la reactiva no disminuye igual, de ahí viene la multa y que los usuarios se cuestionen la viabilidad real de los proyectos de energía solar. Por eso es necesario proponer soluciones”, agrega el magíster.
Con el apoyo del ingeniero Andrés Felipe Pineda y del profesor Gustavo Adolfo Osorio, el investigador Camacho desarrolló dos algoritmos que se aprovechan de que para la generar energía solar los equipos pueden producir y al mismo tiempo consumir energía reactiva.
“Los inversores se encargan de transformar la energía que captan los paneles solares para ponerla en la red de energía convencional. Nosotros podemos controlar dicha potencia y los algoritmos lo hacen de forma automática, buscando un equilibrio entre ambos tipos de energía, de manera que reactive la segunda aumente o disminuya según la primera”, menciona.
Los algoritmos se probaron en una planta durante 30 días, tiempo en el que se redujo en un 99,4 % el exceso de consumo de energía reactiva inductiva (la que absorbe la red) y un 94,9 % de la magnitud de la energía reactiva capacitiva (la que se inyecta a la red), lo que se puede traducir en minimizar penalizaciones que pueden llegar hasta los 80 millones de pesos o más según la empresa.
Aunque en el mercado se consiguen Power Plant Controllers para controlar la potencia de un sistema, estos son muy generales y están enfocados en resolver problemas mundiales. “Nosotros fuimos un poco más allá, porque los algoritmos que diseñamos están enfocados específicamente en el caso colombiano y lo permitido por la CREG”, anota el magíster.
Por ahora no existe un software de libre acceso que permita su uso desde distintos sectores de la industria. No obstante, el fundamento teórico-matemático está disponible en el documento final de la tesis, que además, cuenta con diagramas de flujo que especifican con alto nivel el funcionamiento de los algoritmos.