“Alegrías”, plantas nativas colombianas, tienen potencial antiviral, antioxidante y antidepresivo
A través de un análisis químico, el estudio determinó las propiedades antioxidantes, antivirales y antiinflamatorias de los compuestos presentes en 3 especies del género Scutellaria: S. incarnata, S. coccinea, y el híbrido S. ventenatii × S. incarnata.
El trabajo fue desarrollado por los investigadores Silvia Porras, Rogerio Saavedra, Lady Sierra, Jairo Martínez y Elena Stashenko, de la Universidad Industrial de Santander (UIS), con el profesor Robert Tulio González Mina, del Grupo de Investigación en Orquídeas, Ecología y Sistemática Vegetal de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira.
En Colombia, las especies del género Scutellaria se conocen como hierbas alegres por la traducción al español la denominación que les dan las comunidades indígenas nasa. Por su alto contenido en melatonina y serotonina se usan como ansiolíticas, antidepresivas, antivirales y contra ciertos tipos de cáncer.
La planta produce estos dos componentes en altas cantidades como una estrategia para resistir al estrés hídrico cuando no recibe suficiente agua para cubrir sus necesidades, regulando el bienestar y los ciclos de sueño, un comportamiento que ha llamado la atención de los investigadores y la ha convirtiendo en el género más estudiado por los científicos en el mundo.
Con 476 especies aceptadas, el género Scutellaria tiene una amplia distribución gracias a las aves acuáticas migratorias que dispersan sus semillas a lo largo de América, desde Argentina hasta Estados Unidos y Canadá, primer país que destacó su valor en aplicaciones tecnológicas a partir de sistemas biológicos u organismos vivos (biotecnología).
Las muestras para el análisis fueron proporcionadas por el Estado colombiano a través del “Contrato n.o 270, para el acceso a recursos genéticos y productos derivados”, celebrado entre el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y la UIS.
Por su parte los tallos y hojas se recolectaron en abril de 2021, durante la floración, en parcelas experimentales del Complejo Agroindustrial Piloto del Centro Nacional de Investigación para la Agroindustrialización de Especies Vegetales, Aromáticas y Medicinales Tropicales (Cenivam) ubicado en Bucaramanga, Santander.
Los resultados mostraron que la especie S. coccinea presentó la mayor actividad antioxidante de las 3 especies estudiadas, debido a la alta concentración de baicalina y dihidrobaicalina-glucurónido, compuestos que revelaron tener una notable capacidad para reducir el estrés oxidativo, lo que sugiere que serían útiles en el tratamiento de enfermedades como el dengue o la diabetes.
Además se identificaron otros componentes presentes en las 3 especies, entre ellos la escutelareína y la apigenina, que en investigaciones anteriores demostraron propiedades antitumorales y antivirales.
“Por su parte, la presencia en los extractos de umbelliferona-hexósido-pentosido –un compuesto que no se encuentra en otras especies del género Scutellaria–sugiere que es promisorio para desarrollar extractos antioxidantes que se podrían utilizar en el sector farmacéutico y en productos fitoterapéuticos”, señala el estudio.
“En el mundo no existe ninguna otra planta con tales contenidos de melatonina […] las especies del género Scutellarias son de la misma familia de las albahacas, pero, a diferencia de estas, tienen poco aceite esencial y su supervivencia se basa más en compuestos flavonoides, llamados flavonas, las cuales tienen una actividad extremadamente fuerte sobre receptores de las neuronas, este es el receptor GABA, uno de los que apagan y prenden neuronas y funcionan como sedativos o antidepresivos dependiendo de cómo se usen”, destaca el profesor González.
Para el estudio los investigadores incluyeron distintas técnicas para medir la capacidad antioxidante de los extractos obtenidos de las plantas secas, como el ensayo ORAC (Capacidad de Absorción de Radicales de Oxígeno) y el ensayo ABTS. También usaron cromatografía líquida, métodos de ionización y dos tipos de espectrometría de masas para identificar y cuantificar los compuestos químicos, lo que permitió maximizar la obtención de flavonoides, compuestos bioactivos que se encuentran en una amplia variedad de frutas y verduras.