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Medioambiente

Ahorro del consumo energético en Colombia se podría dar antes de 2050

    En los últimos años el Gobierno nacional ha tomado la iniciativa de mitigar la contaminación ambiental, especialmente de las industrias, que por ejemplo en 2021 emitieron 77,57 megatoneladas de dióxido de carbono (CO2), uno de los principales gases de efecto invernadero (GEI) y acelerador del cambio climático. Ante esta situación, se busca dar cumplimiento al Plan Energético Nacional (PNE) 2020-2050, cuya meta es reducir al año un 51 % del CO2 emitido, ¿qué tan viable es esta meta?

    En Colombia se registran más de 140.000 empresas manufactureras de distintos productos, las cuales requieren de un abastecimiento energético de más del 70 % de electricidad, agua y gas, que un hogar. Según estudios ambientales, un 15 % de esa energía no es productiva o se consume en otros elementos como las fuentes de calor.

    Por eso, los investigadores Mauricio Quintero Ríos –magíster en Ingeniería Eléctrica– y José David Beltrán, estudiante de la Maestría en Ingeniería Eléctrica, ambos de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Manizales, analizaron los beneficios de la estrategia nacional y propusieron un modelo para medir los estándares de eficiencia del PEN.

    Así, identificaron que el principal beneficio es regulatorio, en la reducción máxima del 50 % al impuesto anual y una exclusión del IVA en la adquisición de maquinarias –siempre y cuando se instalen sistemas eólicos o paneles solares– y se apaguen luces o máquinas en tiempos no productivos para generar conciencia y buenos hábitos dentro de las organizaciones.

    Según los investigadores, debe existir un balance costo-beneficio, donde la empresa podría gastar millones en el cambio de equipos o instalación de energías renovables, pero estos recursos se verán reflejados o retribuidos en las facturas de energía de los servicios públicos, a lo que se le suma una mejora en la imagen corporativa por su responsabilidad ecológica por el país.

    ¿Qué tan viable es?

    En primera instancia, estimaron cuánto mejoraría la eficiencia energética (EE) si se usaran las mejores tecnologías disponibles en Colombia y el mundo frente a cuatro tipos de consumo en la industria, además de los primeros usos de la energía: calor directo, por quema o combustión; calor indirecto, emisión de gases; fuerza motriz, movimiento de motores; y otros como televisores, hornos microondas y cargadores.

    El calor directo tiene un consumo del 55 % y mejoraría un 77 % si se utilizaran las tecnologías disponibles en el país. Así mismo, la fuerza motriz que, en este momento es del 82 %, se optimizaría hasta en un 94 %, y el calor indirecto, que tiene un consumo de 76 %, se incrementaría entre el 80 y 85 %.

    Posteriormente clasificaron los energéticos presentes en la industria, entre los que sobresalen como mayores contaminantes el bagazo, el carbón de leña y el coque; les siguen el petróleo, la leña, la gasolina y el diésel, y el más abajo que es el gas natural.

    De igual manera evaluaron cuatro escenarios propuestos por la Unidad de Planeación Minero-Energética del Plan Energético Nacional 2020-2050: (i) el base, es decir la continuación del remplazo tecnológico y de energéticos, (ii) la modernización, reemplazo de equipos con eficiencias reducidas, (iii) la inflexión, cambio de los energéticos “energía eléctrica en vez de diésel”, y (iv) la disrupción, es decir implementar hidrógeno en vez de leña o carbón, por ejemplo.

    Así, determinaron que el primer beneficio se da en la reducción de terajulios (TJ), unidad de medida de la cantidad de energía que se necesita para realizar una tarea, así: en el escenario base el consumo de energéticos es de 289.265 TJ; en el de modernización es de 217.831 TJ; en la inflexión es de 191.919 TJ, y con el de disrupción es de 159.237 TJ.

    Para obtener dichos resultados seleccionaron las empresas que hoy emiten más GEI: producción de papel y cartón, metalúrgicos básicos, sustancias y productos químicos, industrias manufactureras, minerales no metálicos y productos alimenticios.

    En el país se tuvo una mejora en eficiencia energética del 13,76 % para la industria del hierro y el acero, del 8,92 % para productos químicos, del 3.49 % para alimentos, y del 14,60 % para minerales no metálicos; el ahorro de energía por consumo total en terajulios sería de 6,82 TJ.

    “Se trata de cifras importantes porque dentro del Plan propuesto por el Gobierno para reducir el 51 % del CO2 no se han medido a profundidad los beneficios porcentuales que traería para las empresas este tipo de cambios”, concluyen los investigadores de la UNAL.