La observación la hace el joven biólogo de la Universidad Nacional de Colombia Javier García, quien hizo parte del grupo de científicos que ayudó a definir la especie, con el apoyo económico de la organización Conservación Internacional Colombia. Según él, la ganadería extensiva, la deforestación y la fragmentación de los bosques del Caquetá ponen en riesgo a esta nueva especie.
"La zona del Caquetá donde se halla el mono es supremamente fragmentada, sobre todo por la ganadería extensiva y la colonización permanente que lleva cerca de 40 años, que hace parte del anillo de colonización de toda la Amazonia. Además, existen otros problemas por deforestación y quema, que es la técnica que utilizan en la Amazonia para extender los pastos de ganado, y la deforestación para los cultivos ilícitos", detalló García.
El profesor Thomas Defler es el experto en primates de la Universidad Nacional de Colombia que tuvo la iniciativa de estudiar a este mono. Él explica que la primera sospecha de que se trataba de una especie totalmente nueva apareció hace cerca de 40 años, por la observación que hizo el científico Martin Moynijan.
"Yo llegué a Colombia en el año 1976 y cuando leí un libro del profesor Moynijan quedé con la intriga sobre la existencia de ese mono. Durante 30 años quise llegar a la zona, pero los problemas de orden público me lo impedían. Por fortuna conocí al estudiante Javier García, quien es oriundo del Caquetá y tenía los contactos para acceder a la zona. Se sumó el hecho de que la situación de seguridad mejoró y se pudo hacer una mejor exploración", relató Defler.
Las pruebas no demoraron en llegar de mano de la profesora de la Universidad Nacional Marta Lucía Bueno, experta en citogenética, quien mediante estudios genéticos confirmó que el mono zogui-zogui era, efectivamente, muy distinto a primates cercanos ubicados al norte y al sur de la zona donde se halla en el Caquetá.
"Nosotros habíamos trabajado con el género Callicebus desde hace unos cuatro o cinco años. Pudimos hacer pruebas con ejemplares que habían sido decomisados. De inmediato nos dimos cuenta de que había unos interrogantes taxonómicos muy particulares, que nos parecía interesante resolver. Hallamos una reducción de cromosomas que van de 16 hasta 44, y nos dijimos: bueno, acá hay un problema taxonómico muy grande", explicó la profesora Bueno.
Si bien el aspecto del mono zogui-zogui se puede confundir con el de otros primates de la región, por sus características a simple vista, ya de cerca y con las pruebas genéticas se comprobó que es una especie única.
Su aullido, la forma de socialización y los sitios que prefiere para vivir son bastante particulares. Según Javier García, la gente no tenía muy claro que el zogui-zogui era una nueva especie, "lo único que los pobladores de la zona identificaban era su vocalización, que es muy distinta a la de otros monos".
Una de las preocupaciones de los investigadores es que la nueva especie no está en un territorio de conservación natural, como un parque o una reserva, haciéndolo mucho más vulnerable de lo que ya es. "Aunque hay que hacer más estudios, lo que sabemos es que estos monos prefieren vivir en las zonas de inundación, en los pantanos y cerca de las quebradas", dice García. Esto se convierte en un punto de partida para pensar en futuras reservas de conservación, en los cada vez más reducidos bosques del Caquetá.
Según el profesor Defler, con el mono zogui-zogui, en Colombia se cuentan 34 especies de primates, lo que pone a Colombia, junto con Perú, en el quinto puesto mundial en diversidad de monos. "Claro está que hay otras clasificaciones, según el criterio científico, que pueden aumentar o disminuir ese número de especies", aclara este amante de la naturaleza colombiana.
El joven caqueteño, que fue clave en la descripción científica del zogui-zogui, asegura que seguirá comprometido con este mono. "Mi maestría y mi doctorado se centrarán en esta especie".
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