Aguas de Puerto Wilches (Santander) presentan alto impacto ambiental
Laura Paola Rincón González, magíster en Medio Ambiente y Desarrollo de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Bogotá, menciona que “el aumento de estas concentraciones genera afectaciones neurológicas, renales, reproductivas y respiratorias en la población local, además del aumento en la morbilidad asociada con el riesgo de padecer cáncer”.
En el estudio se utilizó el método de evaluación cuantitativa Battelle - Columbus, el cual permite identificar los parámetros ambientales, es decir aquellas variables químicas, fisicoquímicas y microbiológicas que se encuentran presentes en mayor concentración en los componentes de las aguas superficiales (lagos, quebradas, caños) y subterráneas (pozos) aledañas al proyecto.
Para definir los 17 parámetros ambientales del estudio (bario, BTEX, arsénico, mercurio, sulfato y cloruro, entre otros) se aplicó una encuesta a 10 expertos en el tema, quienes calificaron como “muy alto”, “medio” o “muy bajo” el impacto de estos compuestos tanto en la población como en la fauna, la flora y el medioambiente. En esta etapa se tuvieron en cuenta los conocimientos, revisiones bibliográficas y parámetros de los términos de referencia establecidos por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.
Posteriormente, sobre cada uno de los 17 parámetros se realizaron 10.000 modelaciones en temporadas de bajas y altas precipitaciones para los 30 cuerpos de agua identificados como susceptibles de ser afectados.
Así, la investigadora realizó más de 16,2 millones de estimaciones para determinar los valores más probables de estos parámetros en el escenario del proyecto.
“Esta investigación contribuye a disminuir la incertidumbre de los resultados, ya que se basa en información cuantitativa, que es menos subjetiva, y además se centra en la modelación del escenario con proyecto, lo cual es un aporte significativo en los impactos ambientales del fracking sobre los componentes hidrológico e hidrogeológico”, explica la magíster Rincón.
En Puerto Wilches la mayor parte de la población se abastece de agua subterránea, la cual se capta de pozos perforados o de aljibes ubicados dentro de las zonas residenciales.
La baja cobertura del servicio de alcantarillado en la zona rural hace que el agua tenga altas concentraciones de coliformes fecales y presencia de hierro, lo que genera olores y sabores indeseables para la población, por eso es urgente que el agua de este municipio se trate pronto.
Para la evaluación estadística se tomaron los datos presentados por Ecopetrol en el “Estudio de impacto ambiental para el Proyecto Piloto de Investigación Integral Kalé”, en el cual caracterizaron la calidad del agua para las temporadas de altas (muchas aguas) y bajas precipitaciones (pocas lluvias) para el componente hidrológico de lagos, quebradas, caños y pozos más representativos de la zona de estudio.
Los resultados se analizaron para medir la Unidad de Calidad Ambiental de cada parámetro. Estas mediciones se valoran entre 0 y 1, en donde 0 es el peor y 1 el mejor estado del ambiente.
Los resultado arrojaron que el 82 % de los datos tomados en la temporada de bajas precipitaciones (enero-abril) y el 91 % en la de altas precipitaciones (agosto-noviembre) presentaron un porcentaje de variación de hasta el 100 %.
“Estos resultados son alarmantes porque los cuerpos de agua subterráneos se verían fuertemente afectados por el incremento en la concentración de BTEX y bario, compuestos implementados en el fluido de fracturamiento y que por ser insolubles en agua presentan un alto grado de toxicidad”, señala la investigadora Rincón.
Además, en el ámbito ecosistémico se evidencia que el aumento en las concentraciones de estas sustancias puede producir cambios relevantes en las propiedades fisicoquímicas del recurso hídrico, afectando la vida acuática y generando limitaciones en su aprovechamiento, puesto que ya no podría ser utilizado para el riego de cultivos como la palma (predominante en la región) o para el autoconsumo.
“Por lo anterior, y teniendo en cuenta que existe una gran probabilidad de que el Proyecto Kalé genere daños graves e irreversibles al ambiente y a la salud de los habitantes de la región, se considera necesario acudir al ‘principio de precaución’, enfocado en prevenir los peligros potenciales que puedan poner en riesgo la salud humana y los ecosistemas del territorio en donde se pretenden desarrollar estas actividades”, concluye la investigadora.