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Agro "con el agua al cuello"

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Un millón y medio de hectáreas de cultivos destruidas y el alza en algunos productos de la canasta familiar son algunos de los resultados que deja la reciente ola invernal, calificada como la peor en la historia del país. "El sector agrícola y ganadero necesita sostenibilidad y políticas de fondo que solucionen la problemática", coinciden expertos.

Según la Cruz Roja Colombiana, las inundaciones que cubrieron gran parte del territorio nacional durante el fuerte invierno que soportó el país el año pasado dejaron 2 millones 300 mil damnificados, 312 víctimas mortales, 289 heridos y más de 60 personas desaparecidas.

La agricultura no fue ajena al intenso fenómeno de La Niña. Un millón y medio de hectáreas de cultivos fueron devastadas y los sectores más afectados son: el arroz, con un total de 5.310 hectáreas destruidas en el segundo semestre del 2010 y pérdidas que superan los 13 mil millones de pesos; la caña de azúcar, con más de 10 mil hectáreas inundadas, y el sector ganadero, con 85 mil reses muertas en todo el país y pérdidas por encima del billón de pesos.

La situación es crítica. Los alimentos presentarán altibajos en sus precios afectando notablemente a los consumidores y los centros de abasto, mientras el Gobierno tratará de alivianar las pérdidas con renovaciones de créditos a los agricultores y ganaderos afectados. ¿Cómo se recuperará la agricultura en Colombia?

La voz de los sectores

Para la Asociación de Cultivadores de Caña de Azúcar (Asocaña), será necesario realizar nuevamente labores de campo en las más de 10 mil hectáreas destruidas, algunas de las cuales se encontraban en proceso de cosecha.

Rafael Hernández Lozano, gerente de la Federación Nacional de Arroceros, enfatiza en la importancia de que el Gobierno apoye a los agricultores afectados condonando completamente sus créditos y haciendo apertura de nuevas ayudas económicas a mediano y largo plazo, pero con bajas tasas de interés.

Los ganaderos consideran importante pensar en la recuperación para mantener la oferta de carne y leche en el mercado colombiano. "Así no habrá problema de desabastecimiento", señala José Félix Lafaurie, presidente de Fedegán, quien también plantea la necesidad de construir vías terciarias, pues sin ellas la producción se podría quedar en el campo.

La ola invernal golpeó también los precios de los productos de la canasta familiar. Según el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural (MADR), en los próximos meses algunos alimentos, particularmente verduras y hortalizas, aumentarán su costo en un promedio del 3%.

Salvavidas

Con la expedición del Decreto 4828 del 29 de diciembre de 2010, que pretende reestructurar las deudas de los agricultores y ganaderos y dar acceso a nuevos créditos con bajas tasas de interés y amplios periodos de pago, el Gobierno puso en vigencia un mecanismo de alivio para estos sectores afectados.
Sin embargo, para Édgar Bejarano, profesor de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Colombia, estas medidas resultan insuficientes: "El crédito es una herramienta clásica de emergencia que siempre se le ha dado al sector agropecuario cuando está en crisis. En el escenario actual resulta limitada".

Asegura que el problema de fondo está en la situación crítica que han vivido las áreas rurales: "Hay baja infraestructura vial, poco capital humano dedicado a las labores de campo debido al desplazamiento forzado y serios problemas en el manejo ambiental de las cuencas de los ríos, tema en el que se debió realizar una labor preventiva y no se hizo", advierte.

Más allá de los créditos, los agricultores en Colombia necesitan que se les garantice su sostenilibildad, dice el profesor Herney Darío Vásquez, director del Grupo de Investigación en Frutas Tropicales de la UN en Palmira: "Además de este alivio, el Gobierno debe ofrecerles seguros de cosechas, asistencia técnica suficiente y, sobre todo, apoyo en la comercialización para que logren un buen mercadeo de los productos y exportaciones productivas", concluye.

¿Hacia dónde debe ir el sector?

Hacia el agricultor, el medioambiente y la investigación, áreas que Héctor Fabio Ramos, ingeniero agrónomo y profesor de la UN en Palmira, considera importantes para que la administración pública establezca políticas de Estado a largo plazo y no temporales de Gobierno.

"Se necesitan políticas claras de seguridad en el área rural para que los campesinos regresen a sus tierras y se reactiven los cultivos en aquellas con vocación agrícola. También es importante que el Gobierno acompañe al sector a través de créditos, recursos de capital y asistencia técnica", sostiene Ramos.

El ingeniero agrónomo hace énfasis en el manejo adecuado de lo ambiental. "En el plan de desarrollo está ausente este tema, ¡grave error! Por ello, hay que crear nuevamente el Ministerio del Medio Ambiente, para que regule a las corporaciones autónomas con juntas directivas transparentes y administradas por expertos".

Ramos asegura que la agricultura debe apostarle fuertemente al tema de la investigación, que estaría a cargo de las universidades y centros no privados que la realizan. "Para ello, el Gobierno debe entregar suficientes recursos que permitan adelantar estudios encaminados a la solución de las problemáticas reales del campo".

"Si bien es cierto que la ola invernal fue un fenómeno natural totalmente inevitable, también es cierto que el Gobierno tiene que asumir su responsabilidad con hechos concretos y medidas de fondo, de modo que se le dé a la agricultura la importancia que merece y, con decretos como el planteado para las Corporaciones Autónomas Regionales, desaparezca la corrupción y la politiquería que tanto daño le han hecho al agro", finaliza el docente de la UN.