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Medioambiente

Acuerdos comunitarios de pesca se elevan a resolución nacional

  • Quebrada aguas altas - Remberto Ahue Parente.

  • Quebrada aguas bajas - Remberto Ahue Parente.

  • Grupo de trabajo en el lago Yahuarcaca.

  • Investigadores de la Universidad Nacional de Colombia.

Después de varios años de trabajo con pescadores artesanales de las siete comunidades aledañas al sistema lagunar de Yahuarcaca, en el Amazonas, los acuerdos para evitar la sobreexplotación pesquera han sido reglamentados para exigir su cumplimiento.

Una vez entre en vigor la resolución, se busca que la misma comunidad, en articulación con la Policía Ambiental y la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca (Aunap), denuncie cualquier irregularidad en los lagos, pues ya se cuenta con el soporte jurídico para dar cumplimiento a los Acuerdos de Buenas Prácticas de Pesca (ABPP).

Con frecuencia se escucha, entre las comunidades indígenas aledañas a los lagos de Yahuarcaca, la nostalgia de un tiempo de abundancia, donde las artes tradicionales de pesca y el respeto por los seres protectores del agua bastaban para garantizar una buena vida.

Alrededor de 2009, la inquietud entre los abuelos sobre el empobrecimiento paulatino de los lagos y del territorio fue escuchada por el profesor Santiago R. Duque, coordinador del grupo de investigación de Limnología Amazónica de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Amazonia.

Así, después de más de 10 años de investigaciones biológicas y de una intensa relación de colaboración con sus moradores, surgió la posibilidad de unir fuerzas para proteger los lagos de Yahuarcaca de la sobre explotación de pesca.

Se trataba, por una parte, de controlar la introducción de mallas, la aparición de cuartos fríos, el aumento de la demanda para el mercado y el crecimiento demográfico de las comunidades. Adicionalmente, se buscaba preservar la lengua y la cultura tikuna con que se manejaba el territorio. Frente a ello, la legislación nacional de pesca no alcanzaba a proteger a los peces, a los pescadores ni al territorio.  

El primer proyecto unió con la Universidad a las tres comunidades del sistema lagunar, La Playa, San Sebastián y El Castañal, a través del programa de Pequeñas Donaciones de la Iniciativa para la Conservación de la Amazonia Andina, financiado por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). Más tarde, y con el apoyo inicial de Corpoamazonia y después del Incoder, se juntaron las comunidades de La Milagrosa, San Antonio de los Lagos, San Pedro y San Juan de los Parente.

Con estas siete comunidades se emprendió la tarea de realizar unos Acuerdos de Pesca. Más de dos años se necesitaron para establecer compromisos comunitarios sobre la manera en que se debía pescar, para que la madre de los lagos continuara ofreciendo sus crías a los habitantes de la zona. Se consideró las tallas mínimas de captura, los tiempos y especies en veda, la cantidad de extracción por familia, los lagos reservados y el cuidado del bosque inundado.

Después de numerosos conflictos internos, de perspectivas encontradas, momentos de desánimo y falta de respaldo comunitario e institucional, alcanzamos unos valiosos acuerdos que anteponían el derecho colectivo sobre el personal, explicó el profesor Duque. Estos partían del conocimiento y necesidades locales, que respetaban la tradición cultural y debían servir como símbolo y herramienta del poder local para enfrentar su propio futuro.

El resultado de este primer esfuerzo fue el nacimiento de la TIKA, organización de pescadores artesanales de las siete comunidades aledañas al sistema lagunar de Yahuarcaca. Fundada en julio de 2011 con 98 miembros, la TIKA tiene tres misiones fundamentales: controlar y monitorear los lagos para que se cumplan los Acuerdos de Pesca, recuperar los conocimientos ecológicos tradicionales y desarrollar estrategias de educación ambiental para las escuelas de los alrededores.

Una vez finalizado el proyecto con la U.N. y USAID, la TIKA logró el apoyo del Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas (Sinchi) y la Aunap. Con ellos, se fortaleció el proceso, dio continuidad a las actividades de manejo ambiental y amplió la investigación biológica para sustentar la posibilidad de que los ABPP alcanzaran reconocimiento legal en el país.

Ahora, después de varios años de trabajo y con la voluntad inquebrantable de varios miembros de la organización, entre la Aunap y la comunidad se construyeron los ABPP, para lo cual se tuvo en cuenta el conocimiento tradicional de las comunidades de pescadores artesanales.

Fue un proceso lento, pero seguro, impulsado por la comunidad con respaldo y acompañamiento por parte de la Aunap, el apoyo del Sinchi, la Fundación Humedales y WWF durante los últimos cuatro años, informó Raúl Pardo, biólogo marino de la Aunap.

"Antiguamente la quebrada y los lagos de Yahuarcaca (Amazonas) estaban llenos de peces. Apenas con una vara o una flecha, uno conseguía harto pescado para su familia. Luego, aprendimos a pescar con malla y nos multiplicamos. Pero ahora los peces se esconden, son ariscos y escasos. Se acabó el tiempo de abundancia""

"Hoy estamos hablando de cambios" cambios en la cultura, en el saber, en lo espiritual, el clima, en los lagos. Es una realidad a la cual nos debemos adaptar porque si no es así desaparecemos como pueblo... y con nosotros nuestro saber", Hilda Lorenzo de San Sebastián.