Ácaros y colémbolos, entre los guardianes silenciosos de la agricultura urbana
Las pacas son estrategias para el manejo de residuos orgánicos que se ven beneficiadas por los insectos que viven en ellas. Foto: Nicolas Gómez Luna, biólogo de la UNAL. Foto: Jeimi Villamizar, Unimedios.
Los más abundantes fueron insectos como los ácaros y los colémbolos. Foto: Nicolas Gómez Luna, biólogo de la UNAL. Foto: Nicolás Gómez Luna, biólogo de la UNAL.
Esta técnica ayuda a tener abono para cualquier tipo de cultivo en la ciudad. Foto: Nicolas Gómez Luna, biólogo de la UNAL. Foto: Nicolás Gómez Luna, biólogo de la UNAL.
El crecimiento desmedido de la población hace que cada vez se necesiten mejores estrategias para tratar los residuos orgánicos. Foto: Secretaría de Hábitat de Bogotá.
Nicolas Gómez Luna, biólogo de la UNAL, junto a personas que hacen parte del proceso de elaboración de estas pacas en Teusaquillo. Foto: Nicolas Gómez Luna, biólogo de la UNAL.
Según las Naciones Unidas, para 2050 se espera que la población aumente hasta en un 68 %; esto se traduciría en una mayor cantidad de consumo, y, por ende, de generación de residuos sin aprovechar, sumado a que los rellenos sanitarios existentes no dan abasto.
Es el caso del Relleno Sanitario Doña Juana, principal vertedero de basuras ubicado en la localidad de Ciudad Bolívar, al sur de Bogotá, el cual recibe un promedio diario de 6.480 toneladas de residuos, de las cuales un poco más del 50 % son residuos orgánicos (3.304 Ton/Día). El 49 % de estos están constituidos por residuos de cocina, entre crudos y cocinados.
En 1997 se derrumbó a causa de la gran cantidad de material que tuvo que almacenar, y desde entonces se mantiene la preocupación porque un hecho similar se repita, ya que la basura sigue creciendo y creciendo, y no parece haber un tope.
Para aprovechar residuos orgánicos en ciudades sin generar olores ni contaminar el suelo o aire surgen las "pacas digestoras", una técnica creada por el ambientalista Guillermo Silva Pérez.
El producto resultante es un abono utilizado en diversos cultivos. Se elaboran con un molde cuadrado sin tapa, insertando residuos de jardinería para formar un nido, y luego, se añaden residuos orgánicos del hogar (restos de comida, papel, cartón), compactándolos para formar la paca, que, con el tiempo, se integra al suelo.
El proceso, que se realiza en jardines, parques o huertas, siempre ha tenido pequeños aliados que hacen que todo funcione, los artrópodos, un conjunto que agrupa animales muy pequeños, como milpiés, cochinillas, colémbolos y ácaros, que intervienen en la descomposición de residuos orgánicos, alimentándose de estos, y convirtiéndolos en un abono orgánico, que no solo beneficia al agricultor, sino al medioambiente.
Sin embargo, poco se sabe acerca de los tipos o especies de animales que fungen como “paqueros”, por lo que Sergio Nicolas Gómez Luna, biólogo de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), estudió cuales de estos “bichos”, son los verdaderos ingenieros del suelo a la hora de descomponer y producir abono natural.
El estudio se enfocó en 3 parques de la localidad de Teusaquillo: de la Juventud, Brasil, y la Araucaria. Durante alrededor de 5 meses analizó lo que ocurría con 3 pacas que llevaban 7 meses consolidándose en el suelo, y 3 que habían permanecido entre 1 y 4 años.
Se recolectaron 4.737 individuos de 28 taxones distintos, o sea tipos de artrópodos, los cuales se clasificaron de acuerdo a su dieta como: detritívoros (se alimentan de materia orgánica en descomposición), depredadores (se comen a otros artrópodos) y fitófagos (plantas).
Los detritívoros fueron los más abundantes con el 83,9 % de los artrópodos muestreados, y los más frecuentes fueron los ácaros y los colémbolos. Los primeros pueden alimentarse de materia vegetal muerta, bacterias y hongos, por lo que son importantes en la descomposición, en especial los oribátidos, un grupo que domina los suelos de bosques y pastizales.
Así mismo, en las pacas había 5 tipos diferentes de ácaros asociados a este proceso, con un total de 2.247 individuos, con una mayor presencia en las que llevaban 7 meses en los parques.
Por su parte, los colémbolos, son un grupo que está muy presente en la hojarasca, y su dieta también consiste en materia vegetal en descomposición, además de humus y esporas de hongos, suelen controlar la dinámica de poblaciones de microorganismos y ayudar a robustecer los suelos. En las pacas se observaron 4 tipos diferentes de colémbolos, con un total de 1.604 individuos.
“Datos de redes comunitarias que trabajan con este tema muestran que, en Bogotá, para 2023, se procesaron unas 3.500 toneladas de residuos en pacas digestoras, que se han realizado en 15 localidades de Bogotá; y desde que inició el uso de las mismas se han procesado por lo menos 13.000 toneladas”, asegura el biólogo Gómez.
“Este es un primer mapeo de referencia acerca del mundo de los artrópodos en las pacas digestoras, un panorama que necesita estudiarse a mayor detalle en suelos urbanos, y ampliarse a otras regiones y lugares, para seguir comprendiendo el papel fundamental que cumple esta fauna en los procesos de descomposición, y en la vida de las personas”, indica.
El trabajo conto con el apoyo del Departamento de Biología de la UNAL, Sede Bogotá, la dirección de la docente Nelly Rodríguez, y el Museo Entomológico (UNAB) de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Sede Bogotá, liderado por el profesor Francisco Javier Serna Cardona; así como de los procesos paqueros que participaron. En el siguiente enlace se puede leer el artículo completo: https://www.researchgate.net/publication/376300888