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Desarrollo Rural

A granadillas de resguardo indígena en Túquerres las está atacando la antracnosis

    En la vereda Michul Cuasamira de dicho municipio nariñense– algunos habitantes no entendían por qué a hojas, tallos y frutos de sus huertos empezaron a salirles manchas negras. La situación les preocupaba porque la granadilla les sirve para su consumo, para conseguir algunos pesos en los mercados cercanos, o para hacer trueque los domingos en la plaza. Como allí no llega asistencia técnica, la investigación de un ingeniero agrónomo de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira constató que el hongo Colletotrichum spp, causante de antracnosis, estaba haciendo de las suyas.

    Además de este hallazgo, el ingeniero Gabriel Fernando Ríos Mora  apoyó a los agricultores con algunas pautas sobre mejoramiento del cultivo de granadilla, para que los cultivadores mantengan a raya el hongo que habita a sus anchas en zonas de alta humedad y deficiente nutrición del cultivo, y en donde el viento, los insectos y ácaros contribuyen a la diseminación del patógeno; también se estableció que la antracnosis es una enfermedad característica de épocas lluviosas.

    Colombia, Perú y Ecuador son los principales productores de granadilla (Passiflora ligularis Juss), una de las frutas más apetecidas en el mercado nacional e internacional por su particular sabor, aroma y calidad nutritiva. Como el país dispone de todos los pisos térmicos, ofrece diversidad de climas para su producción.

    No obstante, la antracnosis es uno de los males que más la acechan, provocando pérdidas económicas significativas. En Túquerres, municipio ubicado a una altura promedio de 2.777 msnm, esta enfermedad se ha incrementado rápidamente en las zonas de cultivo durante los últimos años.

    “Esta situación ha provocado una disminución en la producción, el rendimiento y la calidad de la fruta, por lo que ni los consumidores ni las cooperativas la quieran comprar o comercializar”, anota el ingeniero agrónomo.

    Ante este desalentador escenario, el ingeniero agrónomo Ríos trabajó tanto en la identificación y el aislamiento del microorganismo como en la implementación del control biológico para su manejo, de manera conjunta con el Grupo de Investigación Protección Vegetal para el Mejoramiento de la Productividad.

    En su clase de Fitopatología el investigador ya se había empezado a interesar por profundizar en esta problemática que afrontaban sus paisanos, por lo que decidió desarrollar su tesis de pregrado en el Laboratorio de Diagnóstico Vegetal, dirigido por los profesores Eyder Daniel Gómez López, del Departamento de Ciencias Biológicas, y Carlos Huertas, del Departamento de Ciencias Agrícolas, de la Facultad de Ciencias Agropecuarias.

    A partir del estudio de las características morfológicas (para determinar la estructura del hongo) y patogénicas (para determinar transmisibilidad, adhesión a las células hospederas e invasión), los autores concluyeron que la etiología de la enfermedad era causada por Colletotrichum spp., por lo que en adelante será más fácil establecer un plan de manejo para su tratamiento.

    Valioso aporte

    El trabajo se centró en identificar el agente causal de la antracnosis en los frutos de granadilla de la región, debido a la falta de asistencia técnica en los cultivares y a la afectación de los precios por la baja calidad del fruto.

    Para aislar el microorganismo se tomó una muestra de frutos enfermos y se llevó al Laboratorio de Diagnóstico Vegetal de la UNAL Sede Palmira, donde se prepararon y dejaron listos para la siembra en medio de cultivo (PDA), según los protocolos establecidos. Después el hongo se encubó a 25 °C durante 7 días, se obtuvo el cultivo puro y se procedió a identificar sus características.

    “Al realizar las pruebas de patogenicidad los resultados fueron positivos al hongo inoculado, síntomas que se obtuvieron a los 6 días de iniciado el experimento”, señaló el ingeniero.

    El profesor Huertas considera que “este proyecto es relevante, ya que impacta de manera positiva a las comunidades de la región que carecen de asistencia técnica”.

    Por su parte el profesor López señala que “este tipo de proyectos permiten que la Universidad cumpla con su función social de llegar a las regiones y aportar al mejoramiento de la agricultura en la región”.

    Lo que sigue en el proceso es la secuenciación de la información genética para determinar a qué especie del patógeno pertenece la muestra.

    Tras su estancia en el Laboratorio de Diagnóstico Vegetal y de obtener su título como Ingeniero Agrónomo, en el segundo semestre del año Gabriel Ríos iniciará sus estudios en la Maestría en Fitopatología y Medioambiente de la Universidad Autónoma de Occidente en México.