20 años después de su cierre Inravisión sigue dejando un legado histórico para el país
Entre 1964 y 2004 Inravisión fue la entidad encargada de transmitir programas de interés recreativo y cultural en las pantallas y radios colombianos. Bajo el mandato de Álvaro Uribe Vélez, entonces presidente, se suprimió como entidad, un anuncio que se hizo mediante la publicación del Decreto 3550 del 28 de octubre de 2004, el mismo día que falleció Enrique Urrea, representante de los trabajadores ante la Junta Directiva de Inravisión. El 1 de noviembre el Instituto entró en cesasión de pagos.
Dos décadas después la supresión de Inravisión sigue generando debates en la agenda pública debido a la importancia de los medios de comunicación públicos y de cómo los argumentos enfocados hacia la mejora de la calidad en los productos emitidos por la difusora se convirtieron en el mecanismo para liquidar a cientos de trabajadores del sector.
En el vigésimo aniversario de esta fecha crucial para la comunicación pública del país, extrabajadores y personas que vivieron el cierre del Instituto hablaron tanto en Análisis UNAL como en una actividad realizada en la Universidad sobre la tensión que padecieron con la entrada del ESMAD a las instalaciones y la llegada de una nueva administración que transformaría las dinámicas de producción, pasando de casi 400 empleados a solo 73.
Willy Vergara, productor, realizador radial y para entonces parte de Radionica 99.1, señaló que “no fue un cambio de razón social sino un desalojo. Fue sorpresivo e increíble. Sacaron a todo el mundo y el Ejército se tomó las instalaciones de Inravisión para ponerle punto final a lo que estaba pasando –señalando el poder del sindicato–, la única forma de acabar fue esa: parar, limpiar, sacar y empezar”, indicó el comunicador.
Desde Cartagena el entonces primer mandatario de los colombianos puso fin a 40 años de trabajo de la televisión pública. Según cifras entregadas por el mismo presidente, de los 625.000 millones que la Comisión Nacional de Televisión le giró a la entidad desde 1996 hasta 2004, la mayoría de se destinaron a pagos de mesadas pensionales, salarios y gastos de funcionamiento, lo cual lo hacía inviable para el Estado.
La periodista Diana López, extrabajadora del área técnica de sonido en la radio y productora de los programas de ACOTV, señaló en conversación con Radio UNAL que la constante comparación entre los canales públicos y privados llevó a que se tomara esa decisión.
“Mientras la nómina de Inravisión costaba 11.000 millones de pesos, un canal privado tenía recursos por 260.000 millones de pesos y para la liquidación se consideraron varios elementos como el pasivo pensional, y otro era acabar el sindicato y con este cierre lo lograron”, precisó.
La trasformación de Inravisión en RTVC ha demarcado el reconocimiento de avances tecnológicos, de producción y de acceso que, según los miembros de ACOTV, han sembrado el camino para que nuevas generaciones se interesen por los medios de comunicación pública y así formen nuevos contenidos que estén al servicio de la comunidad y resarciendo la responsabilidad social que guarda la comunicación en sí.