Hormigas, entre el bien y el mal
Así lo reseñan los investigadores Francisco Serna, Laura Mera Rodríguez, Kevyn Ramírez Ossa y Andreas Gaigl, de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), en uno de los 37 capítulos de Hormigas de Colombia, recién destacado como “libro de la semana” por la Editorial UNAL y la Vicerrectoría de Investigación en el número más reciente del Boletín SIUN del Sistema de Investigación de la UNAL.
Los autores sostienen que “existe un gran número de especies de hormigas promisorias para el desarrollo de estrategias de manejo integrado de plagas, ya que actúan como biocontroladoras, por lo cual es muy importante conocerlas e investigarlas”.
En su revisión documental mencionan que para cultivos de palma de aceite, por ejemplo, se han realizado diferentes estudios con el fin de determinar el potencial de control que tienen las hormigas en plagas como la chinche de encaje Leptopharsa gibbicarina Froeschner (Hemíptera: Tingidae), la cual se alimenta de la savia de la hoja. Esta plaga está asociada con la transmisión del hongo Pestalotia sp. (Ascomycota), agente causal de la pestalotiopsis, enfermedad que se manifiesta con una serie de manchas pardas en las hojas, que ocasiona la defoliación y reduce la fotosíntesis, diezmando la producción de aceite.
Al respeto, indican que como resultado de las investigaciones se ha observado que las hormigas del género Crematogaster (Myrmicinae) inciden negativamente en las poblaciones del chinche plaga Leptopharsa gibbicarina, y depredan tanto ninfas como adultos de la chinche de encaje L. gibbicarina (Hemiptera: Tingidae), al punto que en varios lotes no se requiere aplicar insecticidas.
Los trabajos en café en Colombia muestran los avances más cercanos hacia el uso de hormigas como controladoras biológicas, entre las que se reconocen seis especies con potencialidades claras para el control de la broca (Hypothenemus hampei). “Hacia los años noventa se empezó a dilucidar este potencial, debido a que algunas especies tienen hábito depredador”, observa el estudio.
Una de las especies más promisorias es Solenopsis picea, gracias a su capacidad para penetrar los frutos infestados y depredar parte de la broca. En otro estudio, durante el proceso de secado de grano se observó que las especies S. geminata, Pheidole sp. y Dorymyrmex sp. también resultaron promisorias, ya que depredan las plagas tanto dentro como fuera de los granos sin importar la etapa de desarrollo.
En las plantaciones de cítricos también se documenta el beneficio que pueden brindar especies de hormigas como Pseudomyrmex, Wasmannia, Paratrechina, Pheidole, Crematogaster y Ectatomma, en la depredación del minador Phyllocnistis citrella y el picudo (Compsus sp.).
El minador de los cítricos se considera como una de las plagas más limitantes en el cultivo en todo el mundo, ya que afecta las hojas tiernas, especialmente de plántulas y juveniles, retrasando el desarrollo de los árboles (Orduz-Rodríguez y Mateus, 2012).
Entre tanto, el picudo de los cítricos (Compsus) llega a generar altas pérdidas en los cultivos, pues sus larvas se alimentan de las raíces de los árboles llegando a causar la muerte de los más jóvenes.
Por otra parte, el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) registra que en plantaciones ubicadas en El Doncello (Caquetá), las hormigas construyen sus nidos en los árboles de caucho, por lo que pueden defender la planta de insectos fitófagos.
Sin embargo, como dificultan o incluso les impiden a los operarios realizar la labor del “sangrado” del árbol (método principal para la obtención de látex), los caucheros optan por destruir los nidos, a pesar de reconocer que los árboles donde se encuentra Azteca sp. no son atacados por plagas como el gusano cachón Erinnyis ello (Lepidoptera: Sphingidae), u hormigas arrieras Atta spp. y Acromyrmex spp.
En cultivos de banano y plátano, las hormigas depredadoras –como Pheidole megacephala y Tetramorium guineense– se emplean para controlar el picudo negro weevil Cosmopolites sordidus (Coleoptera: Curculionidae), un insecto plaga que perfora el cormo de la planta y se alimenta del rizoma, impidiendo el desarrollo de yemas vegetativas y, por lo tanto, de nuevos brotes, lo que reduce el periodo de vida de las plantas.
En cuanto a pastizales, en los Llanos Orientales, especies de los géneros Solenopsis, Pheidole, Wasmannia, Paratrechina, Nylanderia, Camponotus y Ectatomma se reconocen como potenciales agentes de control biológico del salivazo de los pastos Aeneolamia varia (Hemiptera: Cercopidae), pues depredan huevos y ninfas de este hemíptero en pastos híbridos de Brachiaria sp.
Igualmente, se ha reportado que Wasmannia auropunctata –pequeña hormiga de fuego o candelilla (Myrmicinae)– tiene la capacidad de expulsar a la llamada hormiga loca (hl P. longicornis), una especie invasora que causa estragos en cultivos de caña de azúcar, cacao, café, yuca, y de reemplazar a otras especies de hormigas en las localidades donde se introduce.
Con el fin de estimar qué especies de hormigas son eventualmente las más activas e importantes como agentes de control biológico, y para manipular la distribución, se necesita conocer aquellas dominantes en la comunidad y cómo los patrones espaciales de esta las influencia y mantienen.
Como resultados de su estudios, los autores del artículo sobre hormigas y sistemas agrológicos en Colombia consideran que si bien el control biológico presenta grandes bondades, la manipulación de organismos vivos para nuestro beneficio precisa un conocimiento más exhaustivo del que normalmente se dispone, sobre los ciclos biológicos y la ecología, tanto de las plagas como de sus enemigos.
El libro Hormigas de Colombia se encuentra en las Librerías de la UNAL.