Escudo de la República de Colombia Escudo de la República de Colombia
/Urge transición energética para San Andrés, Providencia y Santa Catalina
Medioambiente

Urge transición energética para San Andrés, Providencia y Santa Catalina

    Reducción del costo energético, aprovisionamiento de agua y participación comunitaria en las soluciones son los principales desafíos para el Archipiélago, cuya vulnerabilidad ante fenómenos climáticos quedó en evidencia con el impacto del huracán Iota en noviembre de 2020.

    Así lo indicó el profesor Manuel Alejandro Fula Rojas, de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Medellín, durante el seminario “Transición energética justa en Colombia: desafíos para el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina”, realizado en la Sede Caribe.

    Con respecto a la reducción del costo de la energía, el académico mencionó que, por ejemplo, los isleños utilizan gasolina especialmente en labores domésticas –como la cocción de alimentos– y para movilizarse.

    Sin embargo, acceder y garantizar el acceso a este combustible es cada vez más difícil, ya que un galón de gasolina cuesta 11.500 pesos, es decir 2.000 pesos más que en la región continental, “por lo que cocinar o movilizarse se está volviendo un lujo”.

    Según el docente, “para realizar una transición energética es importante aprovechar los recursos de la Isla en factores como la radiación solar, su potencial eólico, la producción de biomasa e incluso los gradientes térmicos y salinos del mar. Todo esto puede ser aprovechado para que la Isla produzca su propia energía y sea autosostenible”.

    En relación con el aprovisionamiento de agua potable, señaló que“los raizales recogen agua lluvia en cisternas de hasta 30 m3, lo que les permite sobrevivir de manera autónoma durante las épocas de sequía. Pero hoy, tras los estragos de Iota, que afectó dicha infraestructura, hay penuria”.

    Mencionó además que “aunque la Isla cuenta con su propia planta de tratamiento, por el proceso de dragado del embalse el agua sale turbia y solo produce 4 litros por segundo (l/s) al mes. EPM optó por contratar una planta de osmosis inversa, o potabilizadora, la cual se mueve con energía eléctrica a partir de diésel. Esta provee unos 4,3 l/s adicionales (380 m3/mes), pero la Isla requiere 17 l/s”.

    Por otro lado, la planta de la Isla vende el agua a 9.000 pesos el m3, mientras que la potabilizadora la comercializa a 29.000 pesos por m3.

    “En la Isla no se suministra la cantidad de agua necesaria para la comunidad raizal y sus necesidades básicas, lo cual provoca desigualdad en el acceso y la distribución”, agrega el docente.

    En relación con la participación comunitaria, dijo que “es necesario entender los patrones estructurales e históricos que han provocado que el Archipiélago sea vulnerable, para tomar acciones efectivas y beneficiosas para el pueblo raizal, según sus formas de vida y su conocimiento acumulado sobre el territorio”.

    Así mismo afirmó que “un año después de que el Gobierno nacional les entregó sus casas, algunas ya se ven deterioradas porque la madera está sufriendo el ataque de las termitas, porque no se trató debidamente. Las bases galvanizadas también están siendo atacadas por el ambiente salino. Estos errores forman parte del costo de desconocer la sabiduría ancestral que tiene esta comunidad frente a estos temas”.

    Con respecto a la infraestructura de la Isla, la profesora Ana Márquez, de la UNAL Sede Caribe, recordó que “la destrucción del 98 % de la infraestructura de Providencia dejó a más de 5.000 personas damnificadas, es decir toda la población de esta pequeña isla”.

    “Este es un indicador de la magnitud de los fenómenos ambientales extremos, que se sufren con mayor severidad como producto de la crisis climática global, que en gran parte es consecuencia del modelo energético basado en combustibles fósiles del cual dependemos hoy”.

    La transición energética consiste en reducir paulatinamente el empleo de combustible fósil (diésel, gasolina) reemplazándolo por uno de bajas o nulas emisiones de carbono como el de las fuentes no convencionales de energía renovable; para ello se debe priorizar su consumo y trabajar en la eficiencia energética (cantidad de energía consumida) de las nuevas tecnologías.

    La docente resaltó que “es necesario que haya una trasformación del modelo energético actual, el cual depende de los combustibles fósiles y genera una crisis socioambiental, aumentando los problemas esenciales de la comunidad”.

    En ese sentido, el profesor Fula agregó que “la academia se debe enfocar en generar proyectos de apropiación social de ciencia y tecnología con el fin de co-crear soluciones a las necesidades de la comunidad raizal”.

    El Seminario fue organizado con el apoyo de la organización ambientalista Censat Agua Viva –articulada al Movimiento Ríos Vivos– y la organización local del Archipiélago, Sea, Land & Culture Old Providence Initative, que trabaja en cuestiones ambientales y culturales en el territorio. Además participaron líderes del pueblo raizal.