Sedentarismo afecta más a empleados de oficina
Según los resultados de la investigación adelantada por el fisioterapeuta Alexander Cabrera Cárdenas, magíster en Fisioterapia del Deporte y la Actividad Física de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), los trabajadores del área administrativa son los que presentan niveles más bajos de gasto calórico durante sus jornadas laborales, mientras que los del área de servicios muestran niveles más altos.
Otro de los hallazgos es que el 95 % de los trabajadores mostraron una actividad sedentaria leve, de los cuales el 52 % son sedentarios, es decir que tienen un gasto calórico menor al requerido para la salud, mientras que el 43 % es una población que está en un nivel de actividad física leve.
Por otro lado, el 5 % de los trabajadores logró un nivel moderado de gasto calórico, aunque la investigadora explica que esa categoría no significa necesariamente que la intensidad en la actividad física sea positiva para la salud, ya que no solo se necesita tener buenos niveles de gasto calórico, sino también otros factores como flexibilidad, resistencia cardiovascular y equilibrio como componente importante para promover la salud en las personas.
“Por lo general, cuando una persona permanece sentada entre 8 y 10 horas al día, adquiere un factor alarmante que puede llevarla a graves problemas de desacondicionamiento físico, por lo que las empresas y los entes de control –como el Ministerio del Trabajo y las ARL, entre otras organizaciones– deben persuadir a los empresarios para que se implemente la actividad física en el entorno laboral”.
“A lo largo de mi experiencia he identificado que los trabajadores administrativos, sobre todo en altos cargos, tienen nula o muy poca actividad física, y aunque es un tema relevante para la salud y la seguridad en el trabajo, en Colombia y otros países de Latinoamérica no lo abordan con la profundidad necesaria”.
En el estudio participaron 32 personas entre los 23 y los 61 años, las cuales trabajaban 8 horas diarias o 48 horas semanales, y estaban vinculadas con la Universidad, al menos en el último mes. De ellos, 7 eran directivos, 11 del área administrativa, 5 docentes y 9 de servicios (mantenimiento y servicios generales).
A los participantes se les aplicó un protocolo de medición de gasto calórico conocido como acelerometría, el cual utiliza acelerómetros, dispositivos biomédicos que miden la aceleración del movimiento, y al medirla convierten los cambios de la aceleración en un movimiento.
“Esas mismas unidades en movimiento (contadas por minutos) se pueden convertir a otras unidades de gasto calórico o gasto energético como kilocaloría o cualquier otra medida. En este caso, tomamos fórmulas ya descritas en otros estudios en entornos no laborales, para determinar el gasto calórico en kilocalorías”.
Según la magíster, aunque los acelerómetros son dispositivos electrónicos relativamente recientes, tienen mayor validez y resultan más confiables que los equipos tradicionales, ya que generalmente se usan para medir la vida física de las personas activas, deportistas ocasionales o personas que desarrollan programas de ejercicios.
“El sedentarismo y la inactividad física son un grave problema de salud pública que afecta más a las personas en edades productivas (entre los 18 y 65 años) y que aumenta a medida que la persona va envejeciendo, por lo que desde el trabajo, como el entorno donde las personas pasan la mayor parte del tiempo, es fundamental que se generen estrategias para promover la actividad física”, concluye el magíster Cabrera.