Registro de marca a “Los Niños Científicos de la UNAL”

La marca registrada permite que el programa use con distinción productos impresos, fotografías, material didáctico, publicidad, telecomunicaciones, educación y ciencia, entre otros productos y servicios.

El programa tiene dos modalidades de trabajo: extensión y extensión solidaria. La primera es para quienes tengan las capacidades económicas de pagar la formación del programa, y la segunda es formación gratuita para colegios de estratos 1 y 2 con formadores y material didáctico.

La proyección de este programa crece por las nueve sedes de la UNAL, que usan las capacidades de la Universidad para soportar la formación de los asistentes en cada región del país que estén acompañando en formación científica para niños y niñas.

El profesor Juan Fernando Ramírez, director de Investigación y Extensión de la UNAL Sede Medellín, destacó: “este logro es posible gracias a la labor de un equipo conformado por el personal de la Dirección de Investigación y Extensión, docentes, estudiantes y voluntarios, quienes con su dedicación posicionan a la Universidad como un referente de ciencia, tecnología e innovación en el país y el mundo mediante este programa”.

Agrega que “queremos transformar la perspectiva de los niños sobre la ciencia, de cómo la viven, cómo la interpretan, incluso cómo entienden la universidad, porque para muchos es algo incomprensible. Cómo la ciencia permite ver más hacia las oportunidades”.

Los contenidos ofrecidos tejen relaciones entre las diferentes disciplinas en función de ofrecer un abanico de posibilidades para conocer la ciencia, experimentarla y generarla. Entre las líneas de trabajo del programa se encuentran: electrónica, robótica, realidad aumentada, química de las cosas, dibujo y acuarela, y aprovechamiento de residuos sólidos.

“En el plan de inversión actual tenemos recursos de fortalecimiento para llegar a más sedes. Hemos estado en Palmira, Arauca y San Andrés, e iremos a Leticia. Transferimos el modelo para que ellos lo puedan aplicar en cada sede”, afirma el director Ramírez.

El registro concedido es un camino que apenas empieza, pues deberán solicitar un nuevo registro para incluir a “las niñas”, que quedaron excluidas, un asunto que no cumple con sus principios de equidad, diversidad e inclusión.

“Desde hace unos años venimos trabajando en inclusión, prevención de violencias basadas en género y en evitar discriminación. Esto nos ha llevado a buscar recursos para incluir este contenido en los talleres del programa”, afirma el profesor Ramírez, y agrega que “queremos que el programa cambie de nombre por ‘Las niñas y los niños científicos de la UNAL’. También lo hacemos para proteger y posicionar la marca”.

La semilla de la curiosidad por la ciencia

En días pasados, los estudiantes que asisten a clases de robótica en la Sede Caribe le pidieron a la profesora Gloria Cecilia Arroyave que por favor gire su cámara para conocer el campus verde de la Sede Medellín.

“Me dijeron ‘muéstrame la Universidad’ y me puse a caminar por todas partes. Me contaron que querían venir a Medellín y estudiar robótica. Me emociona porque este es uno de los objetivos del programa: propiciar la exploración vocacional en niños y en jóvenes, así como en los talleristas”, relata la docente.

La formación que desarrollan en la Sede Caribe forma parte del Centro de Educación Continua, en el que el Programa “Los Niños Científicos en la UNAL” participa gracias a una convocatoria que ganaron con el Banco de Proyectos de la UNAL (BPUN). Asisten con talleres de robótica, electrónica y óptica para niños de colegios oficiales de San Andrés.

El programa también se ha articulado en la formación de núcleos familiares como en la formación de técnicas de panadería y emprendimiento, cuyo objetivo es fortalecer lazos familiares.