Se trata de una herramienta creada por investigadores de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) para precisar la posición del frenillo en el diente. El aparato tiene un mango con diseño ergonómico para fácil agarre, una punta con guía que define la posición que debe tener el frenillo y una luz LED que ilumina el centro del diente para que se adhiera en el lugar exacto.
La idea del prototipo nació por la experiencia de Sara Stella Parada, profesora de la Especialización en Ortodoncia de la U.N., quien durante su experiencia profesional encontró muchas dificultades para ubicar los brackets con exactitud, al hacer uso de los instrumentos existentes.
El profesor Gabriel García Acosta, director del Instituto de Investigaciones Tecnológicas, explica que este logro corresponde a un trabajo que se viene realizando desde hace ocho años por parte de un grupo multidisciplinar de la Institución.
Desde el Grupo de Micro o Macro Ergonomía de Productos y Procesos (Mimapro), asesorados por varios ortodoncistas expertos, trabajaron en el prototipo que incluye ubicación, cimentación y pegue del frenillo en un solo procedimiento.
"El problema principal es que la precisión para poner el frenillo depende de la habilidad de los ortodoncistas; si no se hace correctamente, los brackets quedarán desajustados y el tratamiento se va a demorar más tiempo", explica el profesor García.
Con el apoyo del Laboratorio de Ergonomía de la Universidad, diseñaron el prototipo de esta herramienta que cabe en la palma de la mano y tiene una punta con dimensiones muy pequeñas.
"Hicimos exploraciones sobre la anatomía de la mano para crear el mango, que incluye características de compatibilidad de movimiento, adaptación y confort. La punta tiene un largo de 14 milímetros y un diámetro de ocho milímetros que requiere maquinaria de mucha precisión", explica David Puentes, profesor de la Escuela de Diseño Industrial de la U.N.
Para llevar a cabo las pruebas, se utilizaron cabezas de maniquíes en las que se simuló la colocación de los frenillos. Esto facilitó el proceso de verificación para evitar hacerlo con pacientes directamente.
"Instalamos una cámara y desarrollamos un protocolo para que, a través de un diente transparente, viéramos cómo se apuntaba al centro del mismo con diferentes tipos de agarre. Se diseñaron diferentes modelos del mango y probamos con cuál se obtenía mayor precisión", añade el profesor García.
Durante el proceso se involucraron cada vez más estudiantes y la profesora Sara Parada realizó pruebas de agarre con algunos de sus pacientes. "Estos protocolos pasaron por más de seis ortodoncistas y con toda la información hacíamos ajustes en el diseño", agrega el docente Fuentes.
Luego, se empezó a construir y redactar la patente que fue presentada desde el 13 de agosto del 2013 a la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (Ompi).
En el proceso fueron pioneros en varios aspectos, por ejemplo, es la primera patente otorgada a la Escuela de Diseño Industrial. "Fuimos el primer proyecto en tener prototipos rápidos haciendo uso de maquinaria de alta tecnología. Para este proceso se necesitaron estudiantes que dibujaran en tres dimensiones y en modelos en programas paramétricos", añade el docente.
El mayor impacto social de la herramienta es que los ortodoncistas finalizarán el tratamiento con mejores resultados y el paciente usará los brackets por mucho menos tiempo, lo que a su vez reduce costos.
"Lo importante es que con el prototipo se mantiene la calidad del tratamiento pero acortamos su duración", concluye el docente García.