Mejor vivienda y espacio público, retos del Sistema Distrital de Cuidado
Lo ideal es que el Sistema sea de acceso universal, con una mejor iluminación nocturna para la movilidad peatonal y sin obstáculos como carros mal parqueados; la vivienda debe estar protegida del ruido para garantizar el buen descanso de la cuidadora y de la persona cuidada.
Según la arquitecta Mónica Sánchez Bernal, magíster en Arquitectura de la Vivienda de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), “tales objetivos se pueden impulsar con la aplicación del Plan de Ordenamiento Territorial (POT) porque allí se establecen aspectos como que las manzanas estén en las nuevas Unidades de Planificación Local”.
La invitada al programa Observatorio de Gobierno Urbano, producido conjuntamente entre el Instituto de Estudios Urbanos (IEU) y Radio UNAL, manifestó que “históricamente la ciudad ha sido pensada desde la dinámica de los hombres, aunque intenta mostrar una neutralidad. La pregunta es: ¿qué pueden hacer la arquitectura y el urbanismo para no generar limitantes en el derecho de las mujeres a la ciudad?”.
Para Johana Caicedo Bedoya, estudiante de la Maestría en Gobierno Urbano del IEU, “en la planificación urbana se reconocen conexiones entre la ciudad y el género, porque el espacio no se identifica como neutro y reproduce roles tradicionales entre hombres y mujeres”.
“De ahí la necesidad de incorporar el enfoque de género en la planificación urbana. La diversidad es un eje estratégico para comprender que las experiencias diarias de las mujeres en las ciudades son el resultado directo de las interpretaciones sociales de género y espacio”.
Por ejemplo, en 2017, la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (ENUT) evidenció que el 90 % de las mujeres en Bogotá dedican en promedio 5,5 al día a hacer trabajos de cuidado sin remuneración, mientras que solo el 60 % de los hombres lo hacen, dedicando solo 2 horas y 19 minutos diarios.
En Bogotá, una de las formas en las que se ha materializado el enfoque de género es a través del Sistema Distrital de Cuidado, que articula programas y servicios –existentes y nuevos– para atender las necesidades de manera corresponsable entre el Distrito, la nación, el sector privado, las comunidades y los hogares.
Su directora, Erika Natalia Moreno Salamanca, indicó que el objetivo de este sistema es mejorar la calidad de vida de las mujeres cuidadoras, especialmente de las que no tienen ninguna remuneración.
De hecho, la Gran Encuesta Integrada de Hogares 2021 muestra que en Bogotá, el 30 % de los 4 millones mujeres (1,2 millones) tienen como trabajo exclusivo las labores de cuidado sin remuneración.
Además, según el DANE, durante la pandemia el número de personas que se dedican exclusivamente a los trabajos domésticos y de cuidado no pagos aumentó en un 50 % en Bogotá al pasar de 891.000 personas en 2019 a casi 1,4 millones en 2020, de las cuales el 84 % son mujeres.
Lo que se pretende este Sistema, pionero en América Latina, es articular servicios con otros sectores del Distrito con el fin de atender las demandas que tiene la sociedad, especialmente las de poblaciones que requieren mayor apoyo. La idea es distribuir la tarea de cuidado exclusivo de mujeres a los demás miembros del hogar.
Uno de los objetivos del Sistema es cerrar brechas. “Un gran aporte en ese sentido es que el sistema se encuentra incluido en el recién aprobado Plan de Ordenamiento Territorial de Bogotá. De esta manera, se piensa la ciudad con enfoque de género y en particular se incluye el cuidado en la planeación urbana”, resaltó la profesora Sánchez.
A su vez la directora Moreno aseguró que el Sistema se basa en estrategias como las manzanas del cuidado (en operación en Ciudad Bolívar, Bosa, San Cristóbal y Usme). Estas son áreas geográficas ubicadas donde hay más presencia de cuidadoras no remuneradas y población que requiere cuidado, es decir, niños, niñas, adultos mayores y personas en situación de discapacidad.
“Allí el Distrito centraliza más de 30 servicios dirigidos a ellas y ellos, optimizando infraestructura y generando un entorno de servicios cercanos a estas poblaciones”.
La oferta consta de tres aspectos: el cuidado a personas cuidadoras; el cuidado a niños, personas con discapacidad y adultos mayores; y la transformación cultural para erradicar el machismo y promover masculinidades cuidadoras y corresponsables.
De esta manera se pretende consolidar una red de equipamientos y servicios del sistema de cuidado que opera de manera integral en jardines infantiles, colegios, parques, bibliotecas, centros de desarrollo comunitario, centros de salud, hospitales, casas de igualdad de oportunidades, centros de atención a personas mayores y con discapacidad y centros felicidad.
Escuche aquí la emisión del Observatorio de Gobierno Urbano.