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Educación

Marina Sánchez, premio a “Toda una vida de docencia”

    Por su labor de dignificar el conocimiento empírico de los agricultores desde la academia y por su trabajo científico con comunidades campesinas, la ingeniera agrónoma y docente Marina Sánchez de Prager recibió este premio de la Corporación para la Integración y el Desarrollo de la Educación Superior en el Sur Occidente Colombiano (Cidesco) 2021.

    La docente y líder del grupo de investigación en Agroecología de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira recibió este martes 21 de septiembre el galardón en la categoría “Toda una vida de docencia” por parte de Cidesco.

    “Es un honor y recibo con mucha satisfacción que nuestra labor como docentes sea visibilizada, como mujer y como docente de la UNAL, al mostrar todo lo que hace la Institución y cómo nos unimos a los servicios en torno a las regiones”, afirma la ingeniera.

    La profesora Sánchez es egresada de la UNAL Sede Palmira, donde también hizo la Maestría en Microbiología y tiene una maestría en Administración Educacional en la Universidad del Valle. Su doctorado es en Tecnologías Agroambientales de la Universidad Politécnica de Madrid.

    Sin embargo, su pasión por la ciencia y la agroecología proviene de un ADN familiar y desde su niñez, cuando se sentaba en el jardín de su casa a observar las plantas y a comer guanábanas que caían de los árboles.

    “Mis padres fueron campesinos, tuvimos que emigrar del campo por la violencia y llegar a la ciudad. Pero amaban las plantas, en mi casa había muchas flores, frutales, gallinas… el agro siempre ha sido parte de mí”, recordó la maestra.

    Investigadora para las comunidades

    Para la ingeniera Sánchez, la docencia supera las aulas de clase, también está en la investigación y la extensión del conocimiento a las comunidades.

    “Cuando fui estudiante en la UNAL, mi profesor Hernando Patiño Cruz, que visualizaba problemas, los convertía en proyectos y nos concientizaba acerca de cómo podríamos contribuir. Luego, al tener la oportunidad de enseñar, ya estaba en mi ADN institucional que tenía que continuar con ese compromiso de investigación: debemos escapar de los laboratorios e ir a trabajar con las comunidades, esta es la labor de la Universidad”, agregó.

    Además de colaborar con redes de campesinos organizados, la doctora Sánchez se ha dedicado a resaltar la labor de mujeres y jóvenes, pues destaca que, “dentro de disciplinas ‘masculinas’, como la agronomía, las mujeres hemos tenido que abrirnos caminos… a un hombre lo escuchan inmediatamente cuando habla, mientras que las pocas mujeres que nos dedicamos a la ciencia –que ahora somos más– tenemos que decir las cosas cinco veces, y aun así quedan dudas”, subraya.

    Cuando se refiere a la agroecología –su campo de estudio–, explica que este comienza en los agroecosistemas: las fincas de los agricultores locales y familiares; “reconociendo a cada una de las personas que forman parte de esa producción familiar que debe ser para autoconsumo, entregando soberanía alimentaria y garantizando una seguridad alimentaria al saber cómo producir desde la ciencia esos alimentos”.

    Entre sus proyectos más destacados, se siente orgullosa del grupo de Investigación de Agroecología de la UNAL, el cual les enseñó a profesores de colegios a crear huertos como una herramienta de aprendizaje.

    “En colegios de la zona alta de Palmira, donde asistían niños del sector agropecuario, la mayoría de los docentes eran de la zona urbana, por lo que las metodologías que daban desde lo urbano invisibilizaba lo rural. Entonces decidimos hacer huertos ecológicos y encontramos que con ellos se pueden enseñar matemáticas, geometría, álgebra, lectura, escritura, dibujo, biología, etc… Hubo un equipo fuerte entre profesores y estudiantes”, recordó la investigadora.

    Más allá del aula

    Estudiantes de la Institución reconocen y admiran su trayectoria. Así lo afirmó Erika Perea, de la Maestría en Desarrollo Rural de la UNAL Sede Palmira: “más que docente es maestra, no solo te enseña lo académico, también te enseña para la vida, tiene una pedagogía integral. De ella he aprendido a reconocer a los campesinos, a las comunidades rurales y ponernos al servicio como acompañantes en sus procesos para visibilizarlos y escucharlos”.

    Por su parte el estudiante Daniel Lizcano, del programa de Ingeniería Agronómica de la UNAL Sede Palmira, agrega que “la profesora Marina motiva a los estudiantes a que indaguen más allá de la información, que tengan una mejor comprensión y apropiación de las temáticas. Además se preocupa por la salud mental y física de los estudiantes con preguntas y charlas motivacionales”.

    Por último, ambos estudiantes concluyen que para ellos la docente Sánchez ha sido el referente femenino en agroecología más importante de Colombia, al haberles enseñado la lección de que “sin suelo vivo, no hay vida. Si no se conservan los agroecosistemas ni la cultura de las comunidades, no hay vida”.