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Desarrollo Rural

Infecciones en bovinos obedecerían a bajo control epidemiológico

    Compra y vinculación de bovinos sin pruebas diagnósticas, movilización indiscriminada de animales entre fincas, retención de los que deberían ser descartados e inseminación natural, serían algunos de los factores de riesgo para las vacas lecheras de Guatavita (Cundinamarca).

    Enfermedades zoonóticas como la neosporosis –causada por el parásito Neospora caninum– la diarrea viral bovina, el herpesvirus bovino y la leptospirosis (producida por una bacteria), que estarían asociados con infecciones que no son de control oficial, serían las responsables de problemas reproductivos en los hatos y que lleva a pérdidas económicas.

    Así lo evidencia la investigación del médico veterinario Marlon Andrés Muñoz Gómez, magíster en Salud Animal de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), desarrollada en el marco de un proyecto con la Gobernación de Cundinamarca y adelantada en el municipio de Guatavita, donde los pequeños productores lecheros están muy bien organizados.

    “El estudio sigue la línea de trabajo del Grupo de Investigación en Producción Animal y Salud de Hato, y aunque existen otras investigaciones sobre el tema, nosotros hicimos un modelo de vigilancia epidemiológica de enfermedades que afectan a la reproducción en bovinos y que no son de control oficial, es decir que no están sujetas a un decreto o a que las instituciones correspondientes velen por su control y detección temprana”, detalla el magíster.

    Hasta el momento la única enfermedad que causaría problemas reproductivos en bovinos es la brucelosis –causada por el género de bacterias Brucella–, controlada por entidades oficiales como el ICA, y que puede infectar a las personas que toman la leche de una vaca enferma.

    En este caso se tomaron muestras de leche de tanques en los que se almacena la leche de muchas vacas y se evaluaron los niveles de anticuerpos para cada enfermedad: si se detecta quiere decir que en el hato hay exposición.

    Un modelo poco usado

    Durante dos años, los investigadores tomaron muestras de leche (60 mililitros por cada finca) cada tres meses, e hicieron visitas mensuales con el apoyo de médicos veterinarios para ver el estado de los animales y su evolución reproductiva, entre otros aspectos.

    “Los problemas reproductivos se manifiestan con aborto, retención de membranas fetales, es decir que después de parir la vaca no expulsa la placenta en el tiempo adecuado, lo que lleva a que se demore más tiempo en volver a quedar preñada. También puede generar infecciones uterinas, pérdidas embrionarias tempranas (de menos de 3 meses), y animales que nacen débiles, es decir sin coordinación o con alguna afección”, explica.

    Según el experto, estas enfermedades reproductivas pueden ser causadas por infecciones u otras causas, por lo que se debe implementar un modelo de vigilancia epidemiológica para prevenir y tener alertas tempranas.

    Las muestras se llevaron a un laboratorio de la UNAL y se les realizó la prueba Elisa (usada para detectar anticuerpos que son producidos por los animales como defensa a las enfermedades). Aunque las pruebas no aseguraban que el animal estaba o no enfermo, sí dejaba en claro cuando estaban expuestos.

    Bioseguridad, clave para prevenir

    Para determinar los factores de riesgo asociados con las enfermedades infecciosas, los investigadores hicieron una encuesta a los productores y cruzaron los resultados con la evaluación de la muestra láctea, que mostró algunos factores relevantes que hacen a una finca más susceptible a este tipo de exposiciones.

    “Para diarrea viral bovina, encontramos que una finca que realiza compra o ingreso de animales sin hacer pruebas diagnósticas, tienen 6,4 veces más posibilidades de exposición a este agente infeccioso, así como la movilización indiscriminada de los animales entre hatos, una práctica que se da cuando el pasto no es suficiente y deben llevar al ganado a otros potreros, lo que aumenta hasta 7 veces la probabilidad de que se contagien de diarrea viral bovina”, advierte.

    Para el caso de neosporocis, el investigador explica que la alta tasa de retención de animales que deberían ser descartados cuando son ineficientes aumenta la probabilidad 13 veces de que se expongan al parásito Neospora caninum. Por último, para la leptospira, la reproducción cuando se utiliza el toro para que la vaca quede preñada, aumenta la exposición 5 veces frente a fincas que usan inseminación artificial o métodos y tecnologías reproductivas, donde hay mayor control.

    “Probamos este modelo de vigilancia epidemiológica que no se aborda en el país y encontramos que es un sistema mucho más económico, debido a que tomar muestras de leche colectiva es menos dispendioso y costoso que tomar muestras de sangre de cada vaca”.

    El investigador concluye con que si esta evaluación se realiza periódicamente, se podrían establecer patrones de la exposición de los animales y generar sistemas de prevención antes de que aparezcan los problemas reproductivos en campo.