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Medioambiente

Estos municipios concentran la contaminación del aire en el Valle de Aburrá

    Simulaciones realizadas al sur de esta subregión antioqueña mostraron que la ladera suroriental de Medellín, Envigado, Sabaneta y La Estrella concentran altas cantidades de material particulado PM2,5 –referenciado así por su tamaño y emitido por la industria, los vehículos o la construcción–. Una de las explicaciones de este fenómeno es que esta es una zona rodeada por montañas que tiende a estrecharse, lo que produce un efecto tapón, y a que en algunas épocas del año el cruce de los vientos impide que los contaminantes se dispersen.

    Mediante números y ecuaciones, la ingeniera ambiental María Camila Eguis Cuentas, magíster en Ingeniería - Recursos Hidráulicos de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Medellín, elaboró una representación “a escala” de lo que sucede en el Valle de Aburrá, considerada como la segunda aglomeración urbana más grande del país.

    Según la investigadora, “ante el hecho de que, pese a las medidas adoptadas por las autoridades para la mitigación se siguen presentando tasas muy similares de contaminación, es esencial definir cómo se comportan estos contaminantes, cuál es su periodicidad según las épocas del año, y desde y hacia dónde se están desplazando”.

    Precisamente, para su trabajo de maestría tuvo en cuenta diferentes periodos de época seca y húmeda, con el fin de determinar cómo se da la dispersión de las partículas contaminantes en la atmósfera.

    De la revisión y caracterización del Valle de Aburrá se constató que el PM2,5 tiene un comportamiento que varía según los fenómenos de El Niño o de La Niña, lo mismo que de la magnitud del viento, de las islas de calor y si hay mucho o poco volumen de aire dependiendo de la altura de la capa límite.

    “Partiendo de esto, nos enfocamos en las mediciones de contaminación hechas en enero-febrero, abril-mayo, julio-agosto y octubre-noviembre de 2017 y 2018, que son periodos estacionales normales, y también a periodos influenciados por El Niño y La Niña”.

    “Cada periodo influye en la temperatura, y por ende en la dirección de los vientos y el movimiento del material particulado. En la época de El Niño, por ejemplo, se pueden concentrar más contaminantes a lo largo del Valle; con las simulaciones determinamos que se agudiza sobre todo en la ladera oriental y al sur, en los límites entre Medellín y Envigado”, explica la magíster.

    Agrega que “esto se explicaría porque se trata de una zona con muchas edificaciones, además de que allí el Valle se estrecha a nivel geográfico y se produce un efecto tapón, y también porque hay vientos que ingresan en dirección contraria, desde San Antonio de Prado”.

    En la literatura consultada se indica que los vientos que circulan en el Valle provienen en mayor medida del norte, desde los municipios de Barbosa, Girardota, Copacabana. Sin embargo, “con las simulaciones vimos que esos vientos no siempre recorrían todo el Valle, sino que se desviaban mucho antes, por San Antonio de Prado y el Alto del Boquerón de San Cristóbal, llegando a recorrer ecosistemas tan importantes como el páramo de Belmira”.

    Según la magíster, “como el sur del Valle es más frío que el centro, el aire suele estancarse en esos puntos, justo en los municipios de Envigado, Sabaneta y La Estrella”.

    “Con estos resultados aportamos a la discusión que hay sobre el concepto de ‘cuenca atmosférica’, que está mal empleado en la normativa, ya que es mucho más recomendable usar el término ‘pluma urbana’ porque no se trata de un fenómeno estático sino que los contaminantes de aquí efectivamente pueden viajar kilómetros de distancia”, afirma.

    Por eso, las soluciones a esta problemática deben concernir tanto a los gobiernos locales como departamentales y al nacional.