Este aparato, creado por el Grupo de Investigación Bioingenium y en cuyo diseño participó el Departamento de Mecánica y Mecatrónica de la Facultad de Ingeniería, permite convertir a formato digital cualquier imagen que tenga que ver con la observación a través de un microscopio.
Para el profesor Eduardo Romero, director del Grupo y adscrito al Centro de Telemedicina, la microscopía virtual ya es una realidad. "La enseñanza de la microscopía en médicos o biólogos, por ejemplo, será completamente virtual en unos años", asegura.
En esa nueva dinámica, el microscopio robotizado jugará un importante papel en la formación de los futuros profesionales de las áreas médicas de la Universidad Nacional de Colombia. Además, puede ser controlado remotamente por computador si este se encuentra en red desde cualquier lugar del país.
Una de las características principales de este aparato es su bajo costo. Mientras hace seis años, por ejemplo, podía alcanzar un precio de 500 millones de pesos en el mercado, el diseñado en la U.N. costó 25 millones.
La explicación de este impresionante ahorro es sencilla: el profesor Romero utilizó el recurso más importante que tiene la Universidad, es decir, sus estudiantes.
"Uno cree que los países europeos destinan buena parte de sus presupuestos para infraestructura, pero eso es relativo. Seguramente en la Europa mediterránea es así, pero en el norte del continente la estrategia que se utiliza es la conocida como "know how", la cual se ha venido imponiendo en otras regiones del mundo porque implica controlar toda la cadena de conocimiento", comenta Romero, quien destaca, además, que no se trata solamente de poner un robot en un microscopio, sino de la experticia desarrollada a partir de todo ese proceso.
Carlos Vargas, estudiante de la Maestría en Ingeniería Biomédica, ha sido uno de los responsables de esta hazaña. A su cargo estuvo la conversión del microscopio convencional a uno robotizado.
"Durante la primera etapa se desarrolló un sistema que permite la manipulación de la platina del microscopio y la captura del video de una cámara desde el computador. Posteriormente se desarrolló una plataforma en donde se montó el microscopio y los actuadores, que son dos motores de paso con un transductor mecánico y un electroimán que permite acoplar el mecanismo del actuador con una pieza en hierro pegada en la platina del microscopio", explica Vargas.
Asimismo, el mecanismo diseñado permite realizar un enfoque automático. Además, uno de los avances más importantes es que se puede mover por toda el área de la platina capturando las imágenes de la plaqueta.
"Como las imágenes capturadas son muy grandes, pues de cada plaqueta se toman alrededor de 12.000 fotografías que pueden llegar a pesar un terabyte, se ha diseñado una estrategia de ensamblaje que tarda apenas 20 minutos. Posteriormente, esa imagen gigantesca hay que comprimirla a una calidad óptima para que pueda ser utilizada", añade el profesor Romero.
Los usuarios pueden navegar sobre la lámina como si lo hicieran en un microscopio. También, el navegador permite explorar diferentes espacios de la muestra y cambiar su tamaño.
Según la profesora Viviana Arias, docente de patología de la Facultad de Medicina de la U.N., el microscopio robotizado es una herramienta importante para los estudiantes porque pueden no sólo mirar y analizar, sino también explorar las laminas y hacerse su propia imagen de las mismas.
"También se destaca la optimización del recurso docente. Así, el estudiante puede ser más independiente mientras nosotros diseñamos nuevas tutorías para que el estudiante alcance más autonomía".
De igual manera, los expertos del Grupo de Investigación Bioingenium de la U.N. confirman que ya se ha diseñado el software que le permite al usuario interactuar con dicha información desde dispositivos móviles.