Ciencia para la paz, un diálogo necesario entre la investigación y las comunidades
El diálogo entre la ciencia y los territorios es un tema prioritario para consolidar la investigación y aportar soluciones en las comunidades. Foto: archivo Unimedios.
En la charla “Hacer apropiación en el contexto de la transformación universitaria contemporánea” participaron expertos tanto de la academia como del Gobierno. Foto: Jeimi Villamizar - Unimedios.
esenia Olaya Requene, ministra de Ciencia, Tecnología e Innovación, enfatizó en la importancia de que la construcción de saberes sea diversa e incluyente con los territorios. Foto: Jeimi Villamizar – Unimedios.
Un problema actual para el desarrollo de la ciencia son los cuellos de botella generados por la burocracia en la investigación. Foto: Jeimi Villamizar – Unimedios.
El profesor Yuri Jack Gómez, director de la Maestría en Estudios Sociales de la Ciencia de la UNAL, moderó el conversatorio. Foto: Jeimi Villamizar – Unimedios.
Una muestra de esta búsqueda fue la Misión de Sabios del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, que en 2019 reunió a 47 expertos nacionales e internacionales para aportar herramientas territoriales y productivas que ayuden a fortalecer la ciencia y la investigación Colombia; sin embargo, los retos en el país, y especialmente en zonas rurales y vulnerables, siguen estando a la orden del día.
Durante la charla “Hacer apropiación en el contexto de la transformación universitaria contemporánea”, la profesora Verónica Botero Fernández, decana de la Facultad de Minas de la UNAL Sede Medellín, señaló que “desde la Institución se han impulsado iniciativas como el Programa Especial de Admisión y Movilidad Académica (Peama), que permite que estudiantes de lugares como Tumaco, Arauca, Leticia o San Andrés ingresen a la Universidad y trabajen desde sus carreras e investigaciones en proyectos y soluciones para sus territorios”.
“Es crucial fortalecer estos programas, ya que a veces pretendemos muchas cosas para que los estudiantes vuelvan a sus lugares de origen después de hacer la transición en las Sedes Andinas (Bogotá, Medellín, Manizales, Palmira), pero no existen enfoques claros étnicos ni territoriales que permitan que los profesionales sepan cómo aportar soluciones a sus territorios”, aseguró la profesora Botero, integrante del Consejo Superior Universitario de la UNAL.
Por su parte, la ministra de Ciencia, Tecnología e Innovación, Yesenia Olaya Requene, explicó que “es importante tener a la universidad como un actor central en estos procesos, y poder consolidar políticas públicas que reconozcan a las comunidades como sujetos de conocimiento”.
“Se trata de una construcción colectiva que se fortalece a partir de la diversidad y la articulación de sus partes; una muestra reciente de ello fue la oferta –por primera vez en la historia del país– de una serie de becas de doctorado con enfoque étnico, de género y territorial, y aunque se recibieron muchas quejas y reclamos por este proyecto, su implementación da cuenta de la democratización de la ciencia, que debe ser la base para hacer investigación en Colombia”.
Otro punto clave que trató la ministra fue la administración de los recursos por parte de las comunidades, para que tengan voz y propiedad sobre los proyectos que forman parte de su cotidianidad y tradición, lo cual ayudaría a reducir brechas y a consolidar la justicia social, económica y cultural, con foco en temas como la transición energética, el cuidado de la biodiversidad y la soberanía alimentaria, entre otros.
A su turno, el profesor Sergio Orrego Suaza, director Nacional de Extensión, Innovación y Propiedad Intelectual de la UNAL, hizo énfasis en la necesidad de resolver los problemas y las trabas burocráticas que hoy enfrentan la ciencia y la investigación, pues incluso algunos profesores prefieren no participar en determinados proyectos por las demoras y el retraso que esto les significa.
“Además algunas situaciones –como por ejemplo las contingencias en el Pacífico o el profundo conflicto armado que vive el país– se salen de las manos de los profesionales y también se deben tener en cuenta, ya que muchas veces imposibilitan el buen término de las investigaciones”, manifestó el experto de la UNAL.
Al respecto, la decana Botero señaló que “muchas veces usamos la autonomía que tenemos como Universidad para enredarnos y hacer cuellos de botella en vez de transformar las cosas y que funcionen mejor, por ello es fundamental superar el miedo administrativo y adaptar la normativa para que haya una gestión de proyectos más adecuada, sin afectar a los investigadores”.
En ese sentido, Fátima Díaz Bula, vicerrectora de Extensión y Proyección Social de la Universidad del Valle, insistió en que “en estos casos se debe pensar la administración para que la dirección desde las universidades y los territorios no forme parte de un interés particular, sino que obedezca a unidades de apropiación social del conocimiento”.
Los expertos coincidieron en señalar que la publicación de artículos o investigaciones debería aportar a la vida de las personas, a la solución de sus necesidades y problemáticas, y al mejoramiento de las dinámicas sociales, políticas y económicas en sus territorios.