Cárceles más humanas, diseño ganador del Premio CEMEX

La propuesta, que busca cumplir con los estándares internacionales, fue desarrollada por la Maestría en Arquitectura y el Centro de Extensión Académica de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), con la dirección académica del profesor Pablo Enrique Abril Contreras y la dirección técnica del profesor Oliverio Caldas.

En 2014, el proyecto arquitectónico formó parte de un programa de revisión y diseño de las edificaciones carcelarias en Colombia, que planteó un nuevo modelo de internado en 9 presidios en los que se construirían pabellones para 6.056 sentenciados, con un promedio de 672 en cada uno.

En ese momento se proyectaron espacios carcelarios más dignos para los internos en Tuluá, Buga, Espinal, Ibagué, Cómbita, San Gil, Girón, Ipiales y Palmira.

Las construcciones se realizaron en lotes con una extensión aproximada de 2 hectáreas, que formaron parte de la ampliación y modernización de centros penitenciarios que adelanta el Estado en la actualidad.

El profesor Abril, actual Vicerrector General de la UNAL, afirma que “son varios los méritos reconocidos con el Premio CEMEX. El primero, porque nuestro compromiso con el país como Institución y como diseñadores al aportar nuestro conocimiento y esfuerzo, nos llevó a proponer este modelo de infraestructura social que beneficia a muchísimas personas. El segundo, porque como grupo UNAL fuimos capaces de trabajar de manera conjunta buscando el bien común, y el tercero porque generamos un diálogo interdisciplinario que nos permitió materializar una propuesta para población interna en Colombia”.

Destaca además que “es grato que este esfuerzo, reflexión y apuesta empiecen a verse reflejados no solo en las obras construidas, sino que también a ser reconocidos por gremios de la construcción, a través del Premio Obras CEMEX 2021”.

La Cárcel y Penitenciaria de Mediana Seguridad del Espinal recibió la Certificación Internacional de Calidad que otorga la Asociación Correccional Americana (ACA), tras cumplir con el 100 % de los requisitos exigidos por esta asociación, a través de la Embajada de los Estados Unidos en Colombia.

El docente agrega que “en dicha Certificación la infraestructura desempeñó un papel esencial”.

Más allá de espacios de castigo

Por su parte el profesor Caldas señala que la propuesta de humanizar las cárceles hace referencia a que, durante muchos años, los centros penitenciarios en el país estuvieron pensados solamente para lo punitivo, es decir como espacios de castigo.

“La reinserción social hoy es el paradigma y dicho enfoque adquiere un sentido de humanización del papel que cumplen las cárceles, de su importante función ciudadana”.

También reflexiona sobre qué es humanizar un centro penitenciario y cómo intenta hacerlo la arquitectura. Afirma que “en esta pandemia por COVID-19, la humanidad ha experimentado en primera persona lo que es estar encerrado, confinado, y esto le ha permitido entender mejor aspectos que muchas veces pasan desapercibidos como la importancia del aire, de la luz, del silencio, de los espacios ventilados”.

“Propiciar las condiciones de la vida es el papel de los arquitectos, pues esta no se trata solo de comer y dormir, sino de cómo se duerme, cómo se come, cómo se hace actividad física, cómo se estudia”.

En ese sentido, “uno de los principales aportes del proyecto es reflexionar sobre cómo hacer posible la cotidianidad del ser humano, incluido aquel que se encuentra privado de la libertad, en un espacio delimitado como son los centros penitenciarios”, concluye el profesor Caldas.