El biochar, también conocido como biocarbón, aumenta la permeabilidad de los suelos para cultivo, equilibra su pH (o nivel de acidez) y le aporta nutrientes esenciales para el crecimiento de las plantas, como nitrógeno, fósforo y potasio. Su eficacia se puso a prueba en invernaderos de rábano, pero un modelo matemático permitiría aplicarlo en cualquier tipo de terreno y plantación.