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Educación

Autonomía universitaria, entre el autogobierno y el poder

    Reivindicar la autonomía universitaria como un principio fundamental que garantiza la producción del conocimiento libre de influencias políticas, ideológicas, económicas y culturales en las instituciones de educación superior (IES) fue una de las principales conclusiones del Ciclo de Conversaciones Al Habla, que en esta oportunidad se realizó en la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira.

    La autonomía universitaria, consagrada en la Constitución Política de Colombia y reconocida por la Ley 30 de 1992, les otorga a las IES la capacidad de determinar sus directrices y regirse por sus propios estatutos. Sin embargo, también existen regulaciones estatales que establecen límites y controles sobre la educación superior como servicio público, y por lo tanto “no es absoluta ni implica la libertad de hacer cualquier cosa”.

    Así se abordó en el Ciclo de Conversaciones Al Habla, un panel de expertos que en esta oportunidad contó con los profesores Marina Sánchez de Prager, de la Sede Palmira; Andrés Felipe Mora Cortés, de la Sede Bogotá; Juan Carlos Amaya Castrillón, de la Universidad de Antioquia, y Jaime Ernesto Díaz Ortiz, consejero del Consejo Nacional de Acreditación (CNA), con la moderación del profesor Eyder Daniel Gómez López, director académico de la UNAL Sede Palmira.

    Durante la conversación los panelistas abordaron la relación entre autonomía y calidad, esta última sujeta a los valores y necesidades de la sociedad. Además disertaron sobre la calidad como un elemento político, relacionado con el poder y los valores que se quieren proyectar hacia la sociedad, de ahí su importancia.

    En este sentido, plantearon la tensión entre los sistemas internos de aseguramiento de la calidad, vinculados a la autonomía y el autogobierno, y los sistemas externos de aseguramiento de la calidad, que reflejan la discusión sobre qué criterios deben tener más peso al momento de evaluar.

    En conclusión, los asistentes consideran que la autonomía, como principio fundamental, busca garantizar la libertad de enseñanza, aprendizaje y producción del conocimiento, pero siempre enmarcada dentro de un orden social justo.

    Por otro lado, aunque la calidad educativa es un concepto relativo y político, también debe ser regulada para asegurar estándares adecuados y cumplir con los compromisos establecidos en los Objetivos de Desarrollo Sostenible respecto a promover educación de calidad.

    Desafíos de la autonomía universitaria

    El profesor Mora subrayó que “es fundamental que las IES actúen como espacios protegidos, libres de influencias de poderes públicos, mercantiles u otros poderes sociales que puedan obstaculizar el adecuado desempeño de las funciones. Es necesario establecer un vínculo claro entre autonomía y autogobierno, así como con los procesos de autoevaluación y mejora continua de las instituciones de educación superior”.

    Uno de los desafíos es entender cómo la autonomía se puede ver limitada no solo por regulaciones gubernamentales sino también por consideraciones éticas y de justicia social en relación con las responsabilidades de las universidades.

    Al respecto, el consejero Díaz destacó que “aunque las instituciones tienen la libertad de administrar, programar y manejar su presupuesto según sus estatutos, la dependencia de un presupuesto nacional puede coartar su independencia política. Es importante evitar el fundamentalismo en el conocimiento, es decir, la creencia de que un único campo o ciencia tiene la verdad absoluta”.

    Por su parte, el profesor Amaya afirmó que “la autonomía universitaria no es absoluta ni implica la libertad de hacer cualquier cosa; tiene que ver, por supuesto, con el hecho de poderse dar sus propias autoridades”, dijo al destacar los avances normativos y reflexionar sobre la importancia de delimitar su alcance.

    Para la profesora Marina Sánchez “la autonomía es un tema político e íntimamente ligado y con un alto grado de responsabilidad social y ética supremamente profundo”.

    A propósito, el profesor Eyder Daniel Gómez López, moderador del conversatorio, resaltó la importancia de evaluar los logros, resultados e impactos nacionales en el ámbito educativo, enfatizando en que la implementación de estas evaluaciones se debe realizar dentro del marco de autonomía de las instituciones y su autorregulación.