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Salud

¿Por qué nos cuesta retomar nuestras rutinas después de las vacaciones?

    Una explicación a este fenómeno conocido también como estrés o síndrome postvacacional se relaciona con el cerebro, que, al ser muy moldeable a los hábitos, se acostumbra rápidamente a las actividades que se asocian con las vacaciones, como descanso, tranquilidad, no horarios, no tareas ni deberes, en otras palabras, una interrupción de la vida cotidiana.

    “Cognitivamente, en este periodo se da una especie de desajuste de las rutinas, y regresar a ellas demanda, por ejemplo, más energía y atención, por lo que puede generar malestar, rechazo en algunas personas”, afirma la psicóloga Judy Constanza Beltrán Rojas, coordinadora clínica del Centro de la Comunicación Humana, de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL). Dicho malestar se ve reflejado en tristeza, cansancio, insomnio, dificultad para concentrarse o irritabilidad.

    Otro aspecto que se relaciona hasta cierto punto con el rechazo al regreso a las actividades laborales es la gran insatisfacción laboral. De hecho, referencia un estudio publicado en 2013 por la empresa Gallup y realizado en 140 países, el cual demostró que solo el 13 % de los trabajadores se siente a gusto con trabajo. Aspectos como un buen ambiente laboral, la remuneración y las posibilidades de crecer dentro de la compañía, influyen en dicha inconformidad.

    Para la académica es fundamental ejercitar la motivación. Existen dos tipos: la intrínseca, es el impulso que nace de realizar una actividad por el solo placer y satisfacción que esta proporciona, sin depender de recompensas externas. La extrínseca, se relaciona con la ejecución de actividades con el propósito de obtener recompensas externas, esta implica realizar acciones para obtener algo a cambio y puede animar a completar tareas que no se disfrutan.

    “Es importante que las personas busquen pequeños premios que puedan establecer como motivación. Por ejemplo, entre las recomendaciones que le doy a los estudiantes se encuentra que, si debe asistir a una clase que no le gusta, cuando salga piense en comer algo que le agrade, como una chocolatina”.

    Agrega que, otra estrategia para la motivación es buscar cosas que mejoren el ambiente laboral, “por ejemplo, poner una música agradable mientras se realizan tareas que gusten mucho, también socializar con los compañeros”; así mismo, es relevante establecer metas claras de corto, mediano y largo plazo para mantenerse motivado y enfocarse en lo que disfruta del trabajo.

    En relación con qué estrategias se pueden utilizar para evitar la procastinación o el aplazamiento de actividades o tareas en el retorno a clases o al trabajo, la profesora Beltrán, menciona que es mejor empezar por lo más fácil o lo que nos cuesta menos hacer si algo desmotiva.

    “Realmente la procrastinación no se puede eliminar totalmente, pero sí podemos identificar qué hace que se nos vaya el tiempo, cuáles son esos ‘ladrones’ de tiempo o esa actividad por la cual aplazamos nuestras tareas, y diseñar un plan de acción y cumplirlo; no tenemos que hacer todo el primer día, ni la primera semana, pues esto genera agobio”, anota.

    La experta indica también que no se debe saltar de una tarea a otra, “es mucho más efectivo cognitivamente hacer una tarea por 20 minutos y luego pasar a otra que saltar 5 minutos entre tarea y tarea. Entonces, focalizarnos un tiempo, tener un avance y cambiar. Y eso también hace que quite carga cognitiva, la presión también de estar haciendo varias cosas y no avanzar realmente en ninguna; es importante saber qué es urgente e importante”. Así mismo, señala que hay varias herramientas de la Inteligencia Artificial que podrían convertirse en aliadas para organizar algunas actividades. 

    Según la profesora las rutinas son fundamentales porque ayudan a mantener la memoria y a reducir el riesgo de deterioro cognitivo, al automatizar ciertas acciones se reducen los requerimientos de atención sobre aquellas tareas que se repiten a diario.

    “Para adaptarse a la rutina lo principal es que a uno le guste su rutina, porque si odia levantarse a temprano para ir a un lugar, pues se le va a hacer complejo todo; es importante tener actividades repetitivas, que se realizan de manera automática, que el cerebro no tenga que pensar qué hora se levanta, a qué hora desayuna, a qué hora duerme”, indica.

    Y algo muy importante, por lo general, los síntomas de estrés postvacacional suelen durar poco tiempo (entre 10 y 15 días), y se van superando con el tiempo a medida que pasan los días y las personas se va adaptando de nuevo a la rutina diaria. Pero si superan ese tiempo, es aconsejable buscar ayuda de un especialista para hacer la evaluación pertinente y buscar las causas del síndrome depresivo.

    Los aportes de la profesora Beltrán forman parte de programa Salud UNAL contigo, que se emite por Radio UNAL. Escúchelo aquí.