Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales de la UNAL, una historia de resiliencia y transformación
Portada del libro De Santa Clara a la tierra prometida: La huella histórica de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Colombia. Foto: María Fernanda Londoño de la Hoz, Unimedios.
El profesor Víctor Manuel Moncayo, exrector de la UNAL, es uno de los autores del libro que se presentará hoy durante la reapertura del Edificio 210. Foto: María Fernanda Londoño de la Hoz, Unimedios.
Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales en la “Ciudad Blanca”. Foto: archivo Unimedios.
Después de un proceso de restauración y reforzamiento estructural el emblemático Edificio de Derecho se volverá a abrir para la comunidad universitaria. Foto: María Fernanda Londoño de la Hoz, Unimedios.
La Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales ha sido un centro de pensamiento para estudiantes de diversas disciplinas de las Ciencias Sociales.
Los ensayos que componen el libro –de los profesores Víctor Manuel Moncayo, exrector de la UNAL, y Hernán Darío Correa– hacen un recorrido cronológico por las aulas de la Facultad, desde el Claustro de Santa Clara hasta el emblemático edificio de la Ciudad Universitaria, ahora restaurado, un proceso calificado entonces como “el encuentro con la tierra prometida”, una metáfora que representa la esperanza y el renacimiento de la educación pública como bien común.
Conocida antes como Escuela de Jurisprudencia, la Facultad vio sus orígenes en el claustro de Santa Clara, en la calle octava del centro de Bogotá, donde fue testigo de la interrupción de la vida universitaria por los vaivenes políticos y las guerras que marcaron la construcción del Estado nacional; en su reapertura en 2025 se mantiene firme, contando una historia de resiliencia como agente transformador del tejido social y cultural de Colombia.
“En sus orígenes, este espacio académico no solo era la simiente de esta disciplina, sino también el principal lugar de debate de los problemas nacionales. Por allí circulaban presidentes, ministros y magistrados de las Altas Cortes, y esto tuvo un significado especial para la sociedad colombiana, esto era y es un bien común”, afirma el profesor Moncayo en conversación con la Agencia de Noticias UNAL.
Según lo plasmado en el libro, la Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales no solo ha formado abogados, sino que también ha sido un lugar de creación y reflexión para diversas disciplinas sociales y humanas. En este contexto, el autor reconoce su papel como semillero de programas como Filosofía, Sociología y Antropología, entre otros.
Hace 158 años, la transformación de la Universidad Central de la República a la Universidad Nacional de Colombia permitió consolidar la identidad de cada estudiantes y juristas que, dentro del renovado campus conocido como la “Ciudad Blanca”, dignificaron el cambio arquitectónico de la nueva Facultad y también la integralidad de las virtudes que desde 1826 y hasta la fecha caracterizan a la UNAL en cada rincón del país.
“El proceso de restauración y reforzamiento estructural del Edificio permite hacer ejercicios de memoria para que la gente conozca lo que ha sido la Universidad y para que exista una restauración integral que recupere los valores que la Universidad Nacional de Colombia ha construido a lo largo de los años”, señala el profesor Moncayo.
La Facultad de Derecho, al igual que la Universidad, ha sido un espacio para el debate y la reflexión. Durante décadas, estudiantes y profesores han sido los principales actores de una tradición de diálogo y confrontación de ideas. Un ejemplo claro de este legado es la figura de Bravo Páez, quien, como estudiante de Derecho, se convirtió en un héroe de la resistencia estudiantil, marcando el inicio de lo que hoy se conoce como las conmemoraciones del 8 y 9 de junio, días emblemáticos para los estudiantes de la Institución.
A las 6 de la tarde de hoy martes 4 de febrero, el edificio de la Facultad de Derecho reabrirá sus puertas. La comunidad académica podrá recorrer de nuevo los pasillos, las aulas, el Auditorio, la Biblioteca, las áreas comunes, la cafetería y otros espacios.
Ante este hecho histórico para los miembros de la comunidad universitaria, el profesor Moncayo reconoce los avances significativos logrados mediante la integración de las Ciencias Sociales y Políticas dentro de los programas de Derecho, sin embargo, plantea que será necesario seguir impulsando la creación de programas académicos que continúen la tradición de la Facultad como un centro de pensamiento interdisciplinario.