Con exposición, Escuela de Artes de Pesca de la UNAL rescata tradiciones para proteger el Amazonas
La muestra, inaugurada en Leticia, forma parte de las actividades del Mes de la Investigación, en la que, además de seminarios y talleres, los asistentes encontrarán todo lo relacionado con las artes de pesca más comunes de la zona, desde herramientas como flechas, arpón, anzuelos y atarrayas hasta fotografías, obras artísticas realizadas por las familias que viven de la pesca, relatos de pescadores y reflexiones sobre la importancia de estos saberes en la sostenibilidad del ecosistema.
La exposición forma parte del proyecto “Pulsos del Agua”, el cual vincula a la UNAL Sedes Bogotá, Medellín y Amazonia, la Asociación de Pescadores de los Lagos de Yahuarcaca (TIKA), la Universidad de Humboldt (Alemania), la Fundación Grupo Proa de Colombia y la Fundación Mandioca de Países Bajos para fortalecer los vínculos entre ciencia, arte y tradición y así revalorizar las prácticas transmitidas de generación en generación.
“El proyecto involucra a 18 profesores y busca mostrar el conocimiento local y su conexión con la academia”, menciona el profesor Santiago Roberto Duque Escobar, coordinador del Laboratorio de Manejo y Gestión de Humedales de la UNAL Sede Amazonia, y agrega que “más del 30 % del territorio colombiano se inunda cada año, por lo que aprender a vivir con lo anfibio es esencial para nuestra identidad y supervivencia”.
La Escuela promueve la enseñanza de las diferentes formas de pesca y sus técnicas como estrategia educativa para transmitir estos saberes a las nuevas generaciones.
Tatiana Mora, diseñadora industrial de la UNAL y profesional de apoyo del Laboratorio de Manejo y Gestión de Humedales, menciona que “se identificaron 9 artes de pesca principales utilizadas en la región, entre ellas la malla, la pesca espinel, el arco, la flecha y el arpón. Por ejemplo la puita, una técnica exclusiva para el río Amazonas, consiste en una soga de 7 a 10 m con anzuelos y pesos, el pescador la amarra a un palo en tierra, y desde una canoa, de al menos 4 m, la despliega cuidadosamente en el agua para atrapar peces muy grandes, de hasta 2 m de largo, que están al fondo del río”.
La pérdida de interés de las nuevas generaciones tanto por las prácticas tradicionales de pesca como por el conocimiento indígena representa una amenaza para la sostenibilidad ambiental y la seguridad alimentaria en las comunidades ribereñas del Amazonas, pues el conocimiento alrededor de las artes de pesca tradicionales se presenta como técnicas esenciales para el manejo de los ecosistemas y para preservar el entorno natural.
Aunque populares, la malla y el chinchorro han generado problemas al capturar especies no deseadas como delfines, tortugas y alevines de muchas especies de peces, lo que interrumpe los ciclos reproductivos y afecta la biodiversidad. Además, prácticas tradicionales como el uso de venenos naturales como el barbasco –para que los peces floten– se han vuelto dañinas por su explotación irracional, impulsada por el mercado.
Frente a este problema, un aspecto esencial es la selectividad en la pesca. “Los pescadores eligen qué especies capturar, cómo y cuándo hacerlo, adaptándose a las fluctuaciones del nivel del agua. En temporada de aguas altas, por ejemplo, ciertos métodos son ineficaces, mientras que en aguas bajas la atarraya se vuelve más útil, y se recomienda que sus orificios sean de mínimo 3 pulgadas para no capturar peces a los que les falta madurar”, anota la experta, y agrega que “estos conocimientos promueven un uso responsable según las condiciones y la temporada, asegurando la sostenibilidad del ecosistema”.
La idea no es solo explicarles a los jóvenes las técnicas de pesca, sino crear una experiencia más inmersiva a través de esta exposición museográfica donde puedan observar en vivo herramientas como la flecha, la malla y la atarraya. Incluso pueden construir estos elementos con profesores que son pescadores locales, miembros de comunidades indígenas y habitantes que han vivido toda su vida en contacto con el río y los lagos.